Capítulo 14 - No es amor

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Sería estúpido negar la creciente atracción entre mi jefe y yo, que se había desarrollado entre risas en la cantina y horas de trabajo en la forja. Además su pasión era innegable, lo demostraba con todo lo que hacía y, en ese momento, era conmigo.

Sus grandes y fuertes manos estaban sobre mi espalda, empujándome hacia él como si quisiera retenerme. No tenía intención de huir y se lo hice saber profundizando, aún más si cabía, el beso. En respuesta bajó una de sus manos lentamente hasta mi nalga y la agarró con fuerza, lo que me hizo soltar un gemino, acallado por su boca.

Y antes de poder darme cuenta, me dio la vuelta para dejarme sobre el césped, posicionándose él encima de mí. Sólo cortó el beso unos segundos, mientras me miraba extasiado, con su cabello colgando a los lados de su cara. En cuanto volvió a la carga, se escuchó un portazo fuerte, el de la puerta del gimnasio.

Ambos nos detuvimos por completo, respirando de forma pesada y mirando hacia la entrada por si había entrado alguien. Valkyon me observó y sonrió antes de alejarse un poco.


Valkyon: Quizás este no sea el mejor lugar para esto.

Mystika: No, quizás no...


Se levantó y me ayudó a mí a incorporarme, quedando de nuevo entre sus brazos. Volvimos a mirarnos como si no estuviéramos en un lugar público.


Mystika: ...Trabajo.

Valkyon: Sí, vamos a acabar esto. 


Y en eso pasamos las siguientes horas, en una tensión insoportable, antes de tener que dirigirme a la cocina a preparar el menú de ese día.


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[NEVRA]


Cerré la puerta de un portazo para no ver cómo se besaban y toqueteaban como dos adolescentes en plena revolución hormonal. ¿Acaso Leiftan no había advertido a todos de no tocarla o era sólo a mí?

Tampoco podía ir a preguntárselo, no quería que sospechara nada y no iba a delatar a un amigo...

De camino a mi habitación me crucé precisamente con Leiftan y con Miiko, que se dirigían hacia las mazmorras para interrogar al elfo salvaje que capturaron el día anterior. 


Miiko: Nevra, ¿quieres acompañarnos? Tus dotes de persuasión nos serán de ayuda.

Nevra: Eh, claro, no tengo nada mejor que hacer.


Intentando mantener la mente ocupada en otras cosas me uní a ellos y nos encaminamos hacia las largas escaleras de caracol que conducían a la cueva en silencio, hasta que Leiftan lo rompió.


Leiftan: ¿Has visto a Mystika? Quería preguntarle por su herida.

Nevra: Algo así, parecía estar bastante bien.


Leiftan pasó por alto mi tono sarcástico, seguramente porque no le encontraba sentido, no sin antes fruncir el ceño. De todos modos tenía que controlar mejor mis emociones. 

Finalmente llegamos a la cueva, donde nos esperaba el elfo en su jaula, tenía un aspecto tosco y bruto debido a sus ropajes mal cosidos y algo andrajosos, además del pelo sin peinar, las perforaciones, los tatuajes y sus pies descalzos y endurecidos por caminar sin ningún tipo de calzado. No había duda de su raza.

El protector (Nevra) | ELDARYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora