Capítulo 5 - Ante bellum

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[NEVRA]

Miré seriamente a mi hermano mientras seguía con su mano sujeta a pocos centímetros de la cara de Mystika. Sus dedos casi podían rozar su piel.

Él seguía mirándola a ella a los ojos, hasta que Mystika giró la cara hacia mí con la ceja levantada y los puños reposados en la cadera.

Mystika: ¿Tuya? No soy propiedad de nadie.

Seguí con la vista fija en mi hermano, que sonreía con ironía hasta que finalmente se giró también hacia mí sin dejar su expresión.

Demian: Al fin una chica con carácter, las sirvientas son, precisamente, demasiado serviles.

De nada había servido decirle que era mía, como si no me hubiera escuchado. Empujé su brazo para que retrocediera un par de pasos y así pude ponerme entre ambos.

Mi hermano era alguien muy persuasivo y hasta que no conseguía lo que quería no paraba, bien lo sabía yo. Pero ella era intocable, su misión en este mundo era una mucho más importante que contentar los caprichos de un Gobernador. Tendría que hablar con él en privado y contarle lo que hacía ella aquí; sabiendo que estaba bajo la protección de los Sabios, quizás dejara de verla como un posible pasatiempo más.

Mystika: ¡Eh! Sigo aquí.

Me relajé y solté la muñeca de Demian. Él se miró y con el dorso de su otra mano sacudió delicadamente su chaqueta para alisar cualquier arruga que pudiera haberle ocasionado. Luego volvió a dirigirse a Mystika.

Demian: Disculpa a mi hermano, aún es bastante joven e impulsivo. Déjame presentarme.

Mi hermano me acabó de apartar de delante de ella y le agarró la mano con suavidad plantándole un beso en el dorso. Ella le observaba con un gesto sarcástico, claramente mordiéndose la lengua para no soltarle cualquier mordacidad.

Demian: Soy Demian, el Gobernador de Ethia y el hermano mayor de este maleducado que tienes al lado. ¿Y tú eres?

Mystika: Mystika, reina de mi casa y dueña de mi vida.

Lo último lo dijo echándome una mirada de reojo. Demian se echó a reír ante tal contestación, poco acostumbrado, pues como bien dijo sus sirvientas eran obedientes y educadas.

Disimulé también una sonrisa y carraspeé para ver si así soltaba su mano, que tenía sujeta más segundos de lo habitual.

Demian: ¿Y qué os trae por aquí?

Aunque la pregunta iba dirigida a mí, él no le quitaba el ojo de encima y ella le sostenía la mirada algo desafiante. Debía estar muy acostumbrada a lidiar con hombres que se le acercarían con ciertas intenciones, debido a su trabajo. Y seguro que sabía defenderse bien, pero por desgracia poco podía hacer ante un vampiro, salvo que otro la protegiera.

Nevra: ¿Podemos hablarlo tú y yo en privado? No es algo de lo que se deba enterar mucha gente.

Demian: ¿Y dejar desatendida a la señorita?

Nevra: Seguro que tus sirvientas podrán atenderla a la perfección.

Mystika seguía la conversación haciendo algún gesto que otro, impacientándose visiblemente por estar hablando de ella como si no estuviera aquí. Finalmente colocó de nuevo las manos sobre su cadera dispuesta a replicar, así que antes de que pudiera hacerlo, me giré hacia ella.

Nevra: Por favor, quédate aquí y si necesitas algo, no dudes en pedirlo.

Dejó escapar un suspiro y se encogió de hombros. Demian hizo llamar a una de las sirvientas y le ordenó que la acompañase, le mostrase la fortaleza y le diera algo de comer.

El protector (Nevra) | ELDARYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora