Capítulo 4 - No es un sueño

605 53 30
                                    


[NEVRA]

Salté a la azotea justo en el momento que oí a la chica gritar y en milésimas de segundo alcancé el borde llegando hasta ella.

Sujeté su mano rápidamente antes de que perdiera todo apoyo y tiré de ella con fuerza para ponerla a salvo.
Por la inercia retrocedí varios pasos con Mystika abrazada a mi cuerpo. Tenía los ojos cerrados, sus manos se aferraban con firmeza a mi kimono y sus brazos hacían presión en mi cintura.

Mystika: {Nevra…}

Fue apenas un susurro, pero pude escucharlo con mucha claridad.

(¿Cómo ha sabido quién era? No le ha dado tiempo a verme… Y recuerda mi nombre)

La brisa que corría en el terrazo hizo bailar su cabello y ella se estremeció. La estreché más aún entre mis brazos para que se sintiera segura, pero no podíamos demorarnos mucho.

Nevra: Debemos irnos antes de que te alcancen.

Entonces ella separó su cabeza de mi pecho para mirarme. Sus ojos estaban llenos de confusión, pero también de agradecimiento y verla vulnerable me hizo tener ganas de protegerla del mundo entero.

Sus manos fueron soltándose lentamente hasta que finalmente se separó unos centímetros sin dejar de mirarme extrañada, observando mi ropa.

Por desgracia no había tiempo de explicaciones, uno de los tipos que la perseguía comenzaba a asomar por el borde de la azotea, gruñendo por el esfuerzo.

Nevra: Vamos, sígueme.

Le tendí la mano y ella vaciló unos segundos antes de darme la suya, confiando finalmente en mí. En seguida comencé a correr con ella hasta llegar al otro extremo del edificio. El siguiente estaba demasiado lejos, que saltara sola era peligroso para ella.

Mystika se puso en el borde sopesando las opciones que tenía y con la determinación de salvar las distancias de una edificación a otra.

Nevra: No llegarás.

Mystika: No queda de otra.

Nevra: Sube a mi espalda.

Mystika: ¿Qué?

Se giró hacia mí con la ceja levantada mirándome como si estuviera loco. Seguía sin ser momento de explicaciones, el tiempo apremiaba.

Nevra: Te lo explicaré todo cuando estés a salvo, ahora sólo confía en mí.

Mystika: Pero…

Miró la caída que había y de nuevo la distancia que había que salvar y comprendía que fuera escéptica. No entendería cómo podía yo saltar con ella a la espalda, así que crucé los dedos esperando no tener que agarrarla para llevarle a la fuerza.

Finalmente asintió acercándose a mí cautelosa y aunque seguía mostrándose algo reacia se colocó detrás de mí y agachándome un poco la subí a mi espalda.

Sin dejarle tiempo a darse cuenta, salté de un extremo a otro sin dificultad mientras ella se aferraba a mi espalda temblando.

En vez de bajarla continué corriendo para alejarnos de allí lo antes posible, de esa manera aumentaríamos rápidamente la distancia con sus captores. Mystika no pronunció palabra, sólo se dejó llevar hasta que llegamos a suelo firme, lejos del callejón, a la entrada del bosque donde se encontraba el círculo de hechicería que nos llevaría a mi mundo.

Finalmente la bajé para explicarle la situación. No sólo teníamos que irnos a Eldarya antes de lo que pensaba, sino que también debía explicárselo todo de sopetón y sin filtros.

El protector (Nevra) | ELDARYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora