Capítulo 2 - Siguiendo sus pasos

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(Un nuevo cliente, perfecto)

Cada vez que alguien nuevo llegaba a mi actuación, algo que no era tan fácil conseguir, me ocupaba de seducirlo para que repitiera y volviera cada viernes, como hacían todos los demás.

Ellos se contentaban con ese juego de seducción, sabían que no conseguirían nada conmigo pero fantaseaban con ello. Por supuesto no me olvidaba de los habituales, no sólo había que captar a los nuevos, había que conservar a los veteranos.

Jamás habría imaginado que acabaría trabajando en esto, pero no me disgustaba, era divertido y cantar me encantaba.

Fui acercándome a las mesas a medida que iba cantando, guiñándole a alguno que otro o rozando sus hombros con mi mano. Ellos me respondían de vuelta con una cálida sonrisa.

Volví a fijar mi atención al nuevo y me di cuenta que no sólo llevaba su pelo azabache peinado para tapar uno de sus ojos, llevaba un parche que le hacía tener un aspecto extrañamente sexy. Eso despertó mi curiosidad y mi imaginación, pensando cómo podría haber perdido la visión o directamente el ojo y por qué decidirse por taparlo con nada más y nada menos que un parche poco común.

Además un hombre que se enfrentaba a peligros era mucho más interesante que uno que sólo se enfrentaba a problemas de dinero, como lo hacían la mayoría de los clientes del Club.

Llegué finalmente a su lado y pasando por detrás de su asiento, me acerqué a su oído para cantar en voz más baja, mientras deslizaba mi mano de hombro a hombro.


Mystika: <<Sweet dreams till sunbeams find you. Sweet dreams that leave all worries behind you.>>

Luego me senté en su mesa retirando su copa de vino tinto a un lado y crucé mis piernas, poniendo la que tenía al aire sobre la otra. En seguida su mirada se dirigió a ellas, así que coloqué un dedo en su barbilla y elevé su cara para poder mirarle al ojo que le quedaba libre sin dejar de cantar para él.

Me sorprendió el color gris-lavanda de su iris, que quizás fuera por el reflejo de su camisa morada, que quedaba perfectamente adaptada a su cuerpo atlético, o quizás fueran las luces del local. Sólo sé que me cautivó y no era fácil en mí.

Si bien usaba el mismo juego con todos, incluso con los más mayores o físicamente menos agraciados, podía realmente disfrutarlo en ocasiones contadas y ésta era una de ellas. Saber que podía dejar boquiabierto a un hombre joven y atractivo era un buen chute para el autoestima.

Mystika: <<But in your dreams whatever they be, Dream a little dream of me...>>

Eso es lo que le pedía, que soñara conmigo, que no olvidara esta noche y viniera a por más. Cuantas más propinas dejaban, más ganaba yo y el alquiler, comida y gimnasio no se pagaban solos.

Su único ojo resplandecía más con los brillos de mi vestido, centelleando mientras se fijaba en mi boca mientras le dedicaba la canción sólo a él.

Después de unos segundos, con mi mano libre coloqué bien su corbata negra como su traje y me levanté para dirigirme de nuevo al escenario a terminar la canción.

El protector (Nevra) | ELDARYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora