Eterno Resplandor || BrightWin.

12

"Pero yo quiero que lo seas"

—Dicen que la tormenta ya ha pasado, solo lloverá unos cuantos días más pero nada muy grave—Drake informó a través del teléfono a su cliente, quien llevaba encerrado ya más de una semana utilizando al clima como una excusa para no ser molestado.

Llevaba un par de meses en su condominio después de su primera gira, un rotundo éxito en números de todo tipo, el novato cantante Vachirawit ahora contaba con demasiados billetes y fanáticos como para ser contados, quien se encargaba de ello claramente era Drake.

— ¿Es así?

Pese a que Bright sonaba de buen humor por el teléfono, el pelinegro tragó duro antes de continuar hablando debido a los nervios.

—Bright, tu abuelo se encuentra herido por un accidente automovilístico.

No hubo respuesta alguna, pero de todas formas Drake decidió esperar por una y sin embargo, ya se esperaba lo que escuchó del castaño joven.

—Ese viejo solía golpearme de niño, se burlaba de mi música y juró que sería un don nadie...lo juró con su vida.

—Bright, tu madre ha solicitado tu presencia en el hospital, tal vez sea la última vez que puedas verlo.

—Estoy ocupado, se recuperará, mándale una canasta forrada en billetes o cómprale algo bonito, sabes que solo eso quieren de mí.

—Tu madre me lo ha pedido mientras lloraba, Bright-

—Dije que estoy ocupado mierda—interrumpió el menor casi gritando. —No es de tu incumbencia mi familia.

— ¿Ocupado drogándote? —el contrario soltó una carcajada en alto.

—No te sorprendas tanto Drake, después de todo, solo me resguardo de la tormenta como cualquier otra persona.

(...)

Cuando Bright abrió la puerta de la casa hacia el patio no esperó encontrarse con el vecino de Win nuevamente manteniendo una extraña conversación sobre un tal Mew. Luego de todas las cursilerías que había terminado escupiendo la noche anterior sobre la "genialidad" de Metawin, simplemente se le habían escapado todas aquellas palabras de apoyo, solo palabras y nada más.

El castaño quiso salir a retractarse de inmediato, pero tan solo se inclinó contra la puerta con sus muletas y rodó la vista mientras Win seguía sin verlo, distraído por quien tenía delante de él.

— ¿Entonces Mew está en camino aún con la tormenta acercándose?

—Si—Gulf soltó junto con un largo y pesado suspiro. —Le dije a ese idiota que era una pésima idea, y mira que lo llamé idiota cada dos segundos, que idiota.

Bright puso los ojos en blanco conforme escuchaba las palabras del joven de tez bronceada que vivía en la casa de al lado, quien ayudaba a Win con sus compras y quién en esta ocasión, le había traído provisiones en caso de que la tormenta les afectara más de lo pensado. El castaño rara vez había hecho compras de pánico, por lo general, la alacena de su condominio parecía cada vez más llena de productos que rara vez consumía en lugar de vaciarse, debido a su antigua adicción a la comida chatarra.

El cielo se encontraba ya repleto de nubes grises y sin embargo, ninguna gota caía a tierra aún. El pronóstico decía que al anochecer comenzarían los vientos fuertes junto a la llovizna, y en vista de que ya solo faltaban pocas horas para esto, el pánico comenzaba a notarse cada vez más y más en el pálido pelinegro quien odiaba que su jardín padeciera cualquier pequeñez.

—Espero que logre llegar a tiempo, de todos modos, puedes venir a refugiarte con nosotros si cualquier cosa te ocurre.

El castaño abrió ambos ojos de golpe y se giró en dirección a Win, dirigiéndole una mirada suplicante a que se retractara. El contrario le respondió con una sonrisa ante su actitud tan infantil.