Eterno Resplandor || BrightWin.

3

"El pasado está perdonado,
el futuro es para siempre,
así que sonríe"
—Smile de Mike ekko

Hace 7 años

Dentro de la escuela de música de los Vachiriwat, rara vez se encontraba todo en completo silencio. Igualmente, rara vez el hijo menor de los Vachiriwat iba a visitar el lugar, Bright, con tan solo 12 años era un joven prodigio de la música, tal y como sus padres esperaban luego de su crianza tan estricta con respecto a la música. Sin embargo, Bright era feliz escuchando la música que el componía en secreto.

Esa noche, justamente eso hacía Bright cuando un jóven misterioso entró a la escuela de imprevisto, pensando que aún estaría en horario de clases. Vaya sorpresa que se llevó el jóven misterioso cuando entró silenciosamente a uno de los salones de la escuela y terminó escuchando toda la canción del famoso hijo de los Vachiriwat. Tanto como la melodía y la letra eran increíblemente suaves, agradables e irremediablemente románticas.

Todo iba bien, hasta que el jóven misterioso accidentalmente intentó apoyarse encima de la puerta, la cual se abrió bruscamente provocando un fuerte sonido que espantó y detuvo a Bright.

—¿Quién demonios eres y que haces aquí?, Está cerrado—alzó la voz Bright, mientras el rostro del joven frente a él se retorcía de vergüenza.

—¡Lo siento mucho!—exclamó el jóven nervioso, debía ser unos pocos años mayor que él. —Mi nombre es Drake, pensé que estaba abierto pero...—comenzó a marmullar.

—¿Pero qué?—Preguntó Bright alzando una ceja y en mal tono. Viejo raro pensó él.

—Este...yo...—Drake no supo continuar con su frase, y aún después de tantos años no sabe cómo logró juntar la valentía para haber continuando hablando, mucho menos haber exclamado. —¡Me encanta tu música!

7 años después.

—Mierda, ¿Porqué tardan tanto?—preguntó Bright para sí mismo impaciente de esperar la despedida de su representante con el sujeto raro de las plantas.

Estaba tumbado en el sofá tal y como había hecho desde su llegada, pero la curiosidad le había ganado a su pereza y con ambas muletas, hizo su mejor esfuerzo por salir de la casa y caminar por el sendero hasta el portón, esperando llegar a reclamarles por el tiempo que llevaban allí ambos.

Quizás hasta me han dejado para que muera aquí pensó él joven de tez morena mientras a duras penas caminaba en muletas hacía el encuentro.

No sé esperó lo que alcanzó a ver una vez estuvo lo suficientemente cerca, aunque manteniendo la distancia correcta para no ser visto él. Ambos estaban abrazándose como si no hubiera un mañana. Era cierto que era una despedida por algunas semanas, pero Bright pensó que no era para tanto.

Entonces dedujo, que ese dramatismo solo podía ser provocado por un común y doloroso sentimientos: amor.

Observó como el bicho raro que acababa de conocer, seguía hundiendo su rostro en el hombro de Drake, como queriendo impregnarse desesperadamente con su costoso aroma. Esa imágen, le provocó a Bright náuseas.

(...)

—¡A comer!—exclamó Win con una enorme sonrisa y colocando dos platos de pasta blanca en la mesa.

Apenas alcanzó a ver la presentación simple y aburrida del plato de pasta, Bright hizo notar una mueca de desagrado que de un segundo a otro puso al pelinegro de mal humor.

—Pruébala, tienes que comer bien para regenerar tu cerebro faltante—bromeó Win hundiendo su tenedor en su plato.

—No me insultes—ordenó Bright molesto. —Apenas nos conocemos.