Capítulo 1 🍎

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La única forma de librarte de la tentación, es caer en ella.
– Oscar Wilde

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—¡Bienvenida, Señorita Roseford! – saludaron los trabajadores al unísono.

Los empleados, correctamente uniformados como oficinistas, se inclinaron ante la presencia del lujoso auto estacionándose frente a la entrada del edificio. Se formaron largas filas de ellos con la cabeza baja y sin mover un solo músculo. Era su forma de dar la bienvenida. Algo retrógrado.

Nadie levantaba la cabeza hasta que la invitada primordial descendiera de su automóvil.

Los encargados principales fueron rápidamente al auto, se colocaron uno a cada lado y abrieron las puertas del Bentley con lentitud, sin levantar su vista por respeto.

Un par de tacones fueron los primeros en relucir hasta que la bella figura de una mujer se dio a la vista, descendiendo de forma audaz.

Cabellos carmesí relucían bajo la luz del sol como suaves ondas, ojos redondos y oscuros como la noche adornaban su rostro, y sus rojizos y anchos labios sonrieron ante la atención que recibía.

—Sea bienvenida, señorita Roseford. – mencionó el encargado sin levantar su mirada hasta que ella lo ordenara.

—Buen día. – respondió ella de vuelta.

Se quitó su abrigo dejando que el encargado atrás de ella reaccionara rápidamente y lo tomara.

Su vestido bordado con hilos dorados y rosa pálido iluminaba el lugar, de cuello alto y manga cero destacaba la palidez de sus brazos y hombros; el collar con incrustaciones de diamantes relucía por todos lados como pequeñas luces, y su figura de ensueños perfeccionaba todo lo anterior.

No había diferencias entre ella y una diosa.

Misha Roseford exhaló un poco de aire vaciando sus pulmones. Le entregó las llaves de su Bentley al encargado de su lado y éste aceptó sin peros.

Con una despampanante figura, se encaminó por el pequeño tramo, pasando entre los trabajadores que no levantaban en ni un momento su cabeza.

—¡Misha! – gritó una voz femenina atrás de ella.

Frenó su paso y giró sobre sus pies. Su mirada oscura chocó con un par de ojos miel pertenecientes a su dulce compañera.

Victoria Blanks, quien había venido de acompañante en el mismo transporte, era su más fiel amiga y compañera de años. Que incluso compartían el mismo hogar en lo alto de su glamuroso edificio, "El Blanks" perteneciente a ella. Victoria con su corta estatura, se había bajado con éxito del auto. Rodeó el automóvil y se acercó a ella con rápidos pasos.

—Yo iré a dar una vuelta por los restaurantes de la zona. No quiero quedarme aquí a esperar. – metió sus manos a los bolsillos de su suéter.

Al contrario de Misha, Victoria tenía un atuendo vago de jeans con un suéter, que con suerte y le quedaba a la cintura. Su pequeña altura le jugaba una mala pasada por verse mucho menor a su edad.

Victoria puso un gesto de disgusto y Misha lo notó. Se acercó hacia ella con el sonido de sus tacones chocando contra el suelo.

—¿Segura? – preguntó dudosa cruzándose de manos –. Entonces anda con uno de mis guardias.

Victoria negó suspirando.

—No quiero llamar la atención, solo iré a comer y volveré. – se encogió de hombros –. Además, nadie me reconoce.

Bondage || +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora