Capítulo Diecisiete

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Paulo no había dejado de mandarme mensajes y llamarme, la realidad era que estaba ignorandolo por decisión propia. Me había hecho enojar su comentario de mierda y lo mejor era que lo ignore hasta que me calmara. Estaba con Desiree en la habitación del hotel en el que nos quedamos. Estaba cansada, el día había sido muy largo.

-¿De verdad te dijo eso?
-Si, un pelotudo- dije doblando la ropa que me había sacado.
-La verdad que sí, se confundió. Estaba celoso seguro.
-¿De qué? No somos nada, solo nos acostamos un par de veces- dije girando mis ojos.
-No seas así, Mili.

Seguimos hablando de boludeces, la realidad es que no tenía ganas de pensar en Paulo, mañana era el día familiar y quería disfrutar de ver a Gio y a los chicos, no iba a dejar que me arruine todo. 
Después de cenar decidimos ir a dormir cada una a su habitación, cuando entré dejé la luz apagada y camine directo al baño para poder cambiarme, el teléfono estaba en silencio desde hacía rato, me puse el pijama y camine a la cama abriendola, el aire acondicionado estaba prendido y la verdad era que hacía calor. La pantalla de mi telefono se ilumino dejandome ver una llamada entrante de Joaquín, suspire y atendi.

-Gordo- dije con la voz cansada.
-No cortes- dijeron del otro lado y cerré los ojos frustrados.
-No tengo ganas de hablar, Paulo.
-Por favor, Gorda.
-No, no tengo ganas. Dejame de joder, Pau. De verdad.
-Perdón…
-Está bien- dije cansada- ¿listo?
-No me perdonaste un carajo, Milagros. Le pifie, me puse celoso, perdón.
-Dije que estaba bien, podemos hablar después- dije frotando mis ojos.
-Gorda…
-Te digo en serio, Paulo. Basta.
-Bueno…

Él no colgaba, así que sin pensarlo corté yo. Cerré los ojos y dejé que morfeo me lleve. 

Salvador, Brasil.
16 de Junio 2019.

Hoy era el día familiar, así que con las chicas decidimos ir a desayunar con los chicos, cuando estuvimos todas listas, agarre a Gio en brazos y salimos del hotel a la camioneta que nos llevaría a ver a los jugadores.
Giovanni estaba de mal humor porque lo primero que hizo fue hacer un puchero y esconderse contra mi pecho, acariciaba el pelo del gordo lentamente, esperaba que ver a Leo lo ayudará. Thiago, el hijo de Messi, iba sentado al lado mío y me estaba contando algo de un juego de play, sabía que a mi me gustan esas cosas. Llegamos al hotel de los chicos y escondiendo a los nenes de los fotógrafos ingresamos rápidamente. Muchos de los chicos estaban despiertos, pero no todos. Camine hasta Leo Paredes, bese su mejilla y le tendí a su hijo.

-Bebito- le dijo él besando la mejilla regordeta de Gio.
-Está un poco de mal humor- le dije sonriéndole, me aleje y sentí al bebe hacer ruidos para comenzar a llorar, Leo lo amaco mientras le decía que yo ya regresaba.

Camine hasta Giovani y lo abrace fuertemente, estaba cansado, se notaba que había dormido poco, nos quedamos charlando un toque y seguí saludando a los demás, vi entrar a Dolores y Lautaro Dybala, ambos se acercaron rápidamente a saludar. Nos encaminamos hasta el bufet para desayunar, Paulo estaba dormido así que sus sobrinos se quedaron conmigo y con Gio charlando, agarre fruta y el mate que Gio me tendía. 
Paulo apareció con cara de dormido, Lautaro le pegó el grito y el miro para todos lados, hasta que nos vio, frunció el entrecejo mientras caminaba hasta nosotros, chocó las manos con su sobrino y Gio, a su sobrina le beso la mejilla y cuando le tocaba saludarme, me encajo un pico, me aleje rápidamente mirándolo enojada.

-¿Qué carajo haces?- le grité, todos voltearon a vernos, Dolores y Lautaro tenían la boca abierta.
-Todo quedó en silencio, mientras él tenía su vista fija en mí, corrí mi silla para atrás golpeando su cuerpo con esta y me levante, lo mire como si quisiera matarlo y me aleje saliendo del comedor.
-

Alma Dinamita [Paulo Dybala]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora