- Pero miren quienes vienen ahí. - Dijo alegremente Maggie al vernos.
Sonreí, y tome con más fuerza el brazo de mi chico.
- Hola, Maggie.
-Alen, que milagro que te pasas por aquí. - Ambos se dieron un beso el la mejilla. - No te he visto subir a este piso.
- Lo sé, sólo que...- Paso su mano derecha por su cabello. - Addy dijo que estaría muy ocupada y yo también lo estaba.
La mujer enfrente nuestro se rió por ponerlo nervioso.
- Tranquilo. - Se acerco a él.- Sólo tengo que decirte que por ahí hay un chico que no deja de verla - Susurro y me señalo.
Negué.
-Bueno voy por agua, los dejo. - Tomó su celular y se fue.
Solté la mano de Alen para dejar mi bolso en mi pequeño escritorio, lo sentí detrás de mi, gire para verlo de frente.
- ¿Entonces? - Alzo una de sus cejas, y puso ambas manos a mis costados recargándose en la mesa.
- Sabes que esta bromeando. - Acaricie sus brazos.
Lo vi sonreír.
- Si, lo sé. - Toco la punta de mí nariz.
Mi alarma sonó, faltaban 5 minutos para que terminara la hora de la comida.
-Tengo irme. - Asentí. - Paso por ti. - Acomodo la mochila en su hombro.
Él normalmente sale más temprano que yo así que nos veremos hasta que vayamos al bar.
- Te envió un mensaje. - Bese su mejilla.
Me senté y me dispuse a organizar la próxima semana, Maggie dejo un vaso de agua de limón enfrente mío, le agradecí y ambas nos pusimos a trabajar. Primero planeaba todo en mi agenda y luego lo pasaba al calendario de la Tablet, estando ahí se registraba inmediatamente en el celular del señor Wolley y Margaret.
Según mi jefe soy muy buena organizando y diseñando, por lo tanto debería estar trabajando en diseñadora de interiores o algo parecido y no en una empresa.
- ¡Dios! a que no saben. - Grito Amelia al llegar con nosotras, dejo una barra de cereal integral en mi mesa y gomitas en la de mi compañera.
- ¿Qué ocurre Amelia? -Sonrió Maggie de forma dulce hacia ella por su entusiasmo.
Adoraba esta mujer con toda mi alma, era bueno saber que tenias a alguien con quien contar, con millones de consejos, dispuesta a escuchar y decir todo con honestidad y respeto.
- Cuando iba a entrar al elevador me tope con un chico guapísimo. -Suspiro y se dejo caer en la silla frente a mi.
Reí por eso, si bien no conocía a la mayoría de los hombres que trabajaban aquí pero los amigos de Alen no son feos ni tampoco los pocos con los que he hablado por un asunto o topado al llegar.
- ¿ Y cómo era? - Maggie abrió el pequeño túper y nos ofreció. Ella estaba más interesada en la charla que yo.
- Tiene su cabello negro, piel morena y es un poco alto. - Llevo la golosina a su boca. - Sus manos son hermosas, llevaba un par de anillos y pulseras.
- Muy pocos chicos de aquí usan eso, la mayoría viene muy formal.
- Si, su estilo era muy vintage. Me gusta. - Amelia le dio la razón. - ¿Trabaja aquí?
- No conocemos a todos los trabajadores pero aún son muy pocos.
-Pronto seremos tantos que ni siquiera recordaremos sus nombres. - Comenté, la empresa abrió unos meses antes de que yo llegará, así que no eran tantos los que trabajaban aquí pero ahora con los nuevos socios y planes seguro que necesitaríamos a más personas.
Me frustre pensando en que tendremos que organizar entrevistas de trabajo y publicar las ofertas por todos los medios posibles.
- Dinos como venía vestido quizá sepamos quién es. - Al escuchar Maggie usar el plural de nuevo, preste atención a Amelia.
- Llevaba una camisa café y un collar. - Fruncí el entre cejo.
Observe a Maggie, ella alzó sus cejas y estoy segura que aguantaba una carcajada por la forma en la que sus cachetes se inflaron.
Aparte la mirada.
- Estoy segura que Addeline podría decirte exactamente quien es ¿no es así?
Con la vista aún en la libreta sentí mi cara arder y la pluma en mi mano temblar.
Amelia estaba hablando de Alen.
Mi novio.
¡Mierda!
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"New Angel" | NH
Teen Fiction| Segunda parte de "Small talk" | También se puede leer de forma independiente La historia entre Nathan y Addy continúa, sus caminos se encontrarán de nuevo después de 4 largos años y desde que uno no supiera del otro. ¿Será realmente un buen momen...