Historias, drabbles, one-shot's, como quieran llamarle, de la pareja de Zuko y Aang (Zukaang). Este libro contendrá romance, tragedia, drama (tal vez demasiado drama), fantasía, tal vez terror y misterio. De todo un poco.
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Aa, entonceees, este quizás es el borrador más largo que tengo (¿Creo?), de todos modos, creo que era clara la idea que tenía.
Así queee, si veo que tiene buen apoyo, lo voy a ir terminando. ¿Ok? Ok! BYEE.
. . .
Zuko está inquieto. Sus pasos resuenan con fuerza contra el suelo y principalmente, contra los oídos de su hermana, que comienza a irritarse por su caminata sin fin aparente.
-¿Has pensando en conseguir un pelota antiestrés? Escuché que son muy efectivas.
-Un juguete tonto, ¿Esa es tu mejor sugerencia?
Azula levanta la vista, irritada mientras observa la tonta cara de su igualmente tonto hermano, que sigue insistiendo en que tiene una aún más tonta crisis existencial.
-(No se que poner aqui, es una burla...¿Una bur)
El príncipe hace una mueca tanto de asco como de disgusto extremo, lo que hace que Azula solo se burle aún más.
-Sigue así, y tú futura esposa tendrá más cosas de las que quejarse.
Las palabras "futura esposa" parecen ser el detonante definitivo, porque Zuko se tensa como un animal herido, sus pupilas se vuelven pequeñas del terror y Azula jura que puede ver una gota de sudor frío resbalar por su frente. La princesa no puede creer lo irracional que está siendo su hermano, incluso para el, esto es pasar una fina línea entre la precaución extrema a la ridiculez absoluta.
-¿Podrías tranquilizarte? No es el fin del mundo si te casas, con suerte, no estarás comprometido por mucho tiempo, la boda ni siquiera llegará, y todos podremos volver a nuestras vidas normales y pacíficas.
Zuko resoplo con desdén. Claro.. Pacíficas, como si la Guerra que se ha estado desarrollando los últimos años no fuese real.
-Ese no es mi maldito problema, el problema es que aún te refieres a ella como mi "futura esposa".
-Pues es lo que ella será, a menos de que quieras tenerla solo como amante o algo así.
-¡Azula! ¡Sabes bien que no me refería a eso!
Su hermana suspira, exasperada, cerrando el pergamino entre sus manos para verlo con una ceja perfectamente arqueada.
-Zuko, hermano mío, deja de atormentar a tus pensamientos con esa chiquilla, y, mejor aún, deja de atormentarme a mi.
Azula observa como Zuko se sienta en una de las sillas del comedor familiar, derrotado y totalmente exhausto por alguna razón que su hermana no alcanza a comprender.
-No lo entiendes, no eres tú quien se casara con ella, no eres tú quien le mentira a la cara en cada ocasión, y no eres tú quien será el carcelero de-
