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Un día más y Jaebeom se siente el ser más dichoso del mundo, adora ver a su pequeña criatura dormir tan plácidamente, pero eso ya no podrá ser, porque tiene que levantarse para ir a la escuela.

Al llegar Youngjae lo saluda y hace que el pequeño Yugyeom se siente en su lugar, con timidez Youngjae le menciona que necesita hablar con él y le pide que se quede un rato después de las clases de los pequeños, Jaebeom se muerde los labios evitando que una sonrisa aparezca, se limita a asentir y sale del salón de clases para que Youngjae se haga cargo. Debía admitir que no fue lo que esperaba, la noche anterior estuvieron a punto de darse un beso, espera que lo que tiene que decirle tenga algo que ver con eso, quizás le diría que se ha dado cuenta que a la persona que realmente ama es a él y está dispuesto a terminar su relación para empezar otra o quizás le diría algo diferente, pero tendría que esperar y ser paciente, pero se encuentra de lo más ansioso.

Aunque Youngjae le mencionó que lo ayudaría a entrar de nuevo a la universidad, no debía desaprovechar el tiempo y seguir buscando un empleo, los gastos universitarios no serían baratos, ni caerían del cielo, lo mejor que podía hacer era intentarlo, no perdía nada.

Al pasar las horas se encontraba exhausto, tenía las mismas respuestas, buscaban gente con un perfil profesional impecable, gente con estudios universitarios y con mínimo 3 años de experiencia.

¿Cómo iba a tener experiencia si no le daban empleo?

Frustrado de tanto rechazo regresa a su hogar a ducharse y a arreglarse, no iba a recoger a Yugyeomie bañado en sudor, se prepara un almuerzo y sale rumbo a la escuela de su hijo donde Youngjae le debe decir "algo", realmente se encuentra muy nervioso y espera que lo que tenga que decirle no sea algo malo, eso sería desastroso y su vida no podía estar peor, ¿verdad?

Llegó a la institución y esperó a que sea la hora de salida, cuando sonó el timbre muchos padres y niños ya se encontraban reunidos, se fue acercando lentamente y pudo escuchar el distintivo "papi" que siempre tenía el agrado de oír. Yugyeom corría con todas sus fuerzas y al estar cerca, Jaebeom lo levantó y lo abrazó.

—Te extrañé mucho pequeño.

El niño se limita a seguir abrazándolo.
Youngjae aparece y le indica que ingrese al salón, Jaebeom le dice a Yugyeom que puede ir a jugar que no se tarda mucho y le dice también al guardia de seguridad que por favor lo vigile un momento mientras habla con el maestro.

Ambos ingresan y Youngjae es el primero en articular palabras.

—Jaebeom, te tengo buenas noticias— menciona con una sonrisa.
Jaebeom siente un gran alivio, no sabía por qué, pero estaba muy ansioso y asustado—Ayer pude comunicarme con algunos de mis amigos que estudian en la universidad, me comentaron que es posible volver a ingresar en el nivel en el que te has quedado—. Jaebeom siente que la esperanza ingresa en su cuerpo—lo único que debes hacer es dar un examen que evalúe tus conocimientos en los temas tratados, si apruebas el examen, inmediatamente podrás continuar con tus estudios.

Jaebeom se siente feliz, muy feliz, finalmente encuentra una luz al final del túnel, pero tenía un problema enorme, él ya no recordaba los temas y estudiar por sí solo sería muy complicado, de nuevo el túnel se vuelve oscuro.

Youngjae nota que la expresión de Jaebeom se ha vuelto triste y se preocupa.

—¿No estás feliz, qué pasa?—. Pregunta con notable preocupación.

—No es eso, por supuesto que estoy feliz, pero...—responde con un muy bajo tono de voz—me preocupa el examen, no he estudiado en muchísimos años y no creo ser capaz de lograr obtener un buen puntaje...

¡Ops! [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora