El destino

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Trague grueso ante la inminente posibilidad de morir

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Trague grueso ante la inminente posibilidad de morir.

—No te comeré, si es lo que te preocupa.

Respiro aliviado.

—Eso no es lo importante, lo importante es que no viajaras en mí nave— vuelvo a exigir sin importar el miedo que llegue a sentir.

—Eso es algo hipócrita, si no te importará te habías dejado comer por esos otros mutantes.

—Pero no lo hice —camino unos pocos pasos hacia él —En cambio tú, entraste en mi nave con mentiras.

—Yo no te dije ninguna mentira —se defiende.

—Claro que sí.

—Que tú hayas pensado que era mujer y un humano, es tu culpa, yo nunca mentí acerca de lo que soy.

—Tenías oculto tu rostro —lo señalo acusatoriamente.

—Mira, hicimos un trato —me recuerda con una sonrisa en el rostro —Además, eres un completo fracaso manejando la nave, yo sé cómo hacerlo, te puedo ayudar.

Suspiré, no sería algo malo tener un compañero, pero una mutación ... Claramente regirse y criticar a alguien por su apariencia no está bien, pero no puedo confiar en una mutación, aunque me salvó de las otras mutaciones.

¿Qué debía hacer?

—Deja de pensar en estupideces — pone su dedo índice en mi pecho, mis ojos se abren amas no poder ¿en qué momento llegó tan cerca de mí?

—El trato es más claro que el agua, te salve dos veces, ahora tú me tienes que llevar a tu destino.

Destino SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora