"Qué hombre tan extraño" Pensó Atsushi, una vez llegando al departamento que compartía con Chuuya.
Solamente se había distraído un par de minutos mirando aquellas extrañas palabras y ese sujeto había desaparecido. Había recorrido el parque buscándolo, también algunos alrededores, preguntó a las personas que merodeaban, dándoles una clara descripción física, pero nada, no había podido encontrarlo.
Había sido un día realmente ajetreado. Estaba agotado, tanto física, como mentalmente. Al principio, no estaba muy seguro de quedarse con el libro. Aunque, luego de meditarlo bastante, si el regalo fue de buena voluntad, lo aceptaría. Le habían enseñado a no despreciar los regalos, menos si se trataban de libros. Podían ser una reliquia, un tesoro bien guardado, en sus páginas podrían encontrarse miles de letras, relatando mundos diferentes.
Dejó el libro sobre la mesa, encaminándose a prepararse un sándwich, ya que, su compañero solía regañarle cada vez que no ingería comida o se salteaba alguna de ellas.
Mientras cenaba, comenzó a pensar en las palabras de ese hombre:
"Puede concederte un deseo, con las palabras adecuadas"
Él, se consideraba a sí mismo como alguien creyente, a la vez curioso de la magia y el universo, pero, también era demasiado inocente. Si alguna vez, alguno de sus amigos comenzara a contarle que un ser mágico le concedió un deseo, le creería al instante, sin poner en duda ninguna palabra, y comenzaría a averiguar más del tema.
Era por eso que, muchas veces, su amigo Ranpo le contaba historias que no eran ciertas, simplemente lo hacía para que el joven se distrajera y accediera a comprarle algunos dulces de su antojo. Empero, Atsushi ya las creía solamente porque salían de su boca, aquello era lo único verídico que necesitaba para creerle a una persona, que las palabras salieran de sus bocas y con firmeza.—Si ese hombre dijo que este libro puede concederme cualquier deseo...— murmuró, luego de unos minutos de haber comido, tomando el libro entre sus manos. — No tengo nada que perder...—. abrió la página marcada—¡Lo probaré! — por demás emocionado y con la curiosidad picando en cada fibra de su cuerpo, se motivó. Dejó una pequeña luz prendida, se sentó en la alfombra, y se preparó para comenzar con la lectura.—Lo haré antes de que Chuuya venga, me golpeará si me ve diciendo palabras raras al aire.
Infló su pecho y comenzó a leer.
No entendía nada y, realmente esperaba, con la fuerza de su ser, estar diciendo correctamente aquellas palabras.
—...veni ad me.— eran las últimas palabras de aquella página. Atsushi puso el libro en su regazo, cerró los ojos con impaciencia, esperando algo, tal vez alguna señal divina. No esperaba el genio de lámpara, pero sí algo, algo realmente grandioso.
Los minutos pasaban.
Nada...
No ocurría nada. Nada de nada.
—¿Habré leído algo mal?—. se preguntó consternado. Volvió a entrecerrar los ojos con fuerza, poniendo su mejor cara seria; y nada, nada pasaba.—Vaya... — Se levantó del suelo, dejando el libro abierto en la pequeña mesada de madera.— Supongo que nada va a pasar.—dijo haciendo un pequeño puchero de decepción.— Quizás ese hombre sólo estaba deliran—
No pudo terminar de hablar cuando sintió un fuerte temblor. La única luz que había comenzó a titilar, y el piso parecía estar vibrando.
¿Un terremoto? Era imposible, la zona en la que vivían nunca hubo terremotos, ni la más mínima señal de tornados, ni siquiera inundaciones.
El piso comenzó a vibrar aún más, haciendo que algunos adornos comenzaran a caerse, también consiguiendo que el pobre Atsushi perdiera el equilibrio y terminara cayendo sobre el sillón de la sala.
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BLACK BOOK (soukoku/shin soukoku)
Mystery / ThrillerTodo comenzó con la inocencia y curiosidad de Atsushi. Cuando un hombre de traje negro, ojos rojos y aspecto cansado se sienta junto a él en la banca del parque, comenzando a murmurar lo harto que está del mundo, lo triste que es, como esperaba cru...