Edipo

352 44 2
                                    


Jimin se dirigía hacia la oficina del director del hospital donde trabajaba; Jin era conocido por ser una persona muy cálida y, a pesar de su corta edad, había sido ascendido al cargo más importante del establecimiento, no sólo por ser un profesional intachable y reconocido, sino también por su calidad humana. Sus cortos encuentros con Jin siempre eran agradables y terapéuticos, por ende, trataba lo mejor posible de coincidir con el mayor. Si bien ellos dos se conocían con anterioridad, no fue hasta que Jimin empezó a laborar en la clínica que empezaron a hablar más seguido y claro, cuando en sus ocupadas agendas encontrasen tiempo libre, como ahora. 

Jimin golpeó levemente la puerta de la oficina del mayor, del cual recibió una afirmación inmediata. 

- Jimin, hola. - El mayor se levantó de su silla, acercándose y abrazando al más bajo.- ¿Cómo has estado?.- Con una sonrisa en el rostro, Jimin le devolvió el abrazo.

- Pues al parecer no mejor que tú, mírate. Cada día más guapo, ni se te nota el estrés. - Ambos tomaron asiento. 

- ¿Pero qué dices, ya te has visto tú?, te ha sentado muy bien trabajar bajo mi mando, me han dicho que tengo buena mano.- El pelinegro no pudo evitar soltar la carcajada. Ese era el efecto que su jefe tenía siempre en las personas, esa capacidad para hacer reír a otros, incluso si sus chistes no eran los mejores.- ¿Cómo te has sentido trabajando acá?

- Es cierto que tienes buena mano, hyung y no lo digo por mi, sino por todo. La manera en que diriges este hospital es increíble, sobre todo la calidad en talento humano, no solo cuentas con los mejores profesionales, sino que además todos ellos poseen calidad humana y tú sabes que eso es lo más importante cuando se trabaja atendiendo personas. 

- Me halagas, Park Jimin, ¿Eso quiere decir que te sientes cómodo y te agrada trabajar aquí?

-Eso quiere decir, jefe, que necesito un descanso a partir de la otra semana. - Jimin se recostó y le sonrió al mayor, el cual abrió los ojos. 

-¿Me estás pidiendo un descanso cuando apenas estás empezando a trabajar?.- Jimin sabía que no sería fácil obtener ese permiso, no hacía mucho tiempo había iniciado con sus labores en la clínica y era un descaro lo que estaba pidiendo, sin embargo, había una razón justa. 

- Yo sé que no me lo merezco, es más, por mi hubiese sido mejor quedarme a trabajar, pero hay una razón detrás. 

- Te escucho.

- Verás, mi hermano se casa en unos días y aún falta detalles por arreglar, resulta que fui nombrado padrino de boda en contra de mi voluntad, lo que quiere decir que estoy en la obligación de ayudar con los preparativos y lo que haga falta y bueno, necesito tiempo para hacer todo eso; tiempo que evidentemente no tengo. - Jimin juntó sus manos en forma de plegaria y se inclinó ante Jin.- Por favor, se lo prometí a mi hermano. Juro que me doblaré en turnos cuando todo este asunto del matrimonio acabe. 

- ¿Qué haré contigo, hmm? Si me lo pides de esa manera, no te puedo decir que no.- Antes de que Jimin pudiese decir algo, Jin advirtió.- Una semana, ni un día más, ¿De acuerdo? Parece que todo el mundo se casa por estas fechas, otro médico también me pidió permiso para asistir a una boda, su hermana se casa pronto.- Confesó.- Como te vas pronto, quiero que no recibas más consultantes de los que ya tienes esta semana, no puedes iniciar procesos y dejarlos abiertos, le diré a Hoseok que cubra tu turno la semana entrante. 

- Por supuesto que sí a todo, hyung. Muchas gracias, te debo un favor muy grande. - El menor tomó entre sus manos las de Jin e inclinó su cabeza como forma de agradecimiento. - Por cierto, ¿Quién es Hoseok?

- Oh, es el nuevo practicante de psicología. Se me había olvidado comentarte pero tú estarás a cargo de él cuando vuelvas. El chico es muy bueno y está trabajando medio tiempo por ahora. Lo pondré a cubrir tu turno porque sé que es capaz de hacerlo, pero necesito que lo asesores de ahora en adelante.

Regresión - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora