Abulia

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Junseok estaba terminando de acomodar su traje; sin embargo, algo en él no cuadraba. Mientras se miraba en el espejo, decidía si debería usar corbata o simplemente desecharla, había pensado incluso que estaba demasiado elegante para una simple despedida de solteros. Serían solo algunos tragos con su hermano, sus cuñados y un par de amigos, entonces, ¿Por qué iba como un pincel?.

- Bien, está dicidido, me iré sin corbata.

- Te lo dije, cariño. - Se acercó Mi Do y se acomodó a su espalda, ambos mirándose a través del espejo. - Ni siquiera entiendo por qué estás usando un traje, te vas a divertir, no a una reunión de negocios.

- Pues que sepas que Jimin me dijo que tenía que vestir bien, al lugar al que iremos parece ser que tiene buena pinta, no quiero desentonar. - Se volteó, mirando a su prometida directamente a los ojos y abrazándola en la cintura para atraerla hacia él.

- ¡Qué va!, Si el lugar lo ha escogido Jungkook, así que no esperes mucho. - Se inclinó y picoteo sus labios.- Sabes que no frecuenta lugares ostentosos.

- Quien sabe, tal vez lo aconsejó Jimin.

- Si, claro. Cómo si eso fuese posible. Sabemos cómo están las cosas entre ellos dos... - Mi Do se separó de sus brazos, recogió las llaves del auto de la mesa de noche y se las entregó. - Más bien apúrate, ya vas tarde.

- Tengo qué, el novio siempre se hace esperar. - Tomó las llaves, caminando hacia la salida. Cuando estuvo en la puerta, volteó a mirar a la mujer que yacía parada esperando una despedida decente. Se acercó a ella y la besó dulcemente.

- Creo que es al revés el dicho, cariño. - Se separó del beso, dedicándole una sultil sonrisa. - Te vas a portar bien, ¿Verdad?. Nada de excesos, mañana...

- Mañana será el mejor día de nuestras vidas. - La interrumpió. Pese a que sabía que su prometida decía aquellas palabras de broma, había algo de duda en su tono. - Todo saldrá bien, ¿De acuerdo?

- De acuerdo.

- ¿A qué hora pasan tus amigas por ti?. - Mi Do miró la hora en su reloj, acordándose que también tendría una despedida de soltera.

- En media hora.

- Bien, me avisas cuando salgas, cuando llegues y cuando vengas de vuelta a casa. Estaré pendiente.

- Claro que no lo haré, ambos tenemos que disfrutar esta noche, cero teléfonos móviles. - Con su mano empezó a empujar el pecho de su novio, haciendo que retrocediera.

- Mimi...

- Te amo, adiós. - Cuando ya consiguió que esté estuviera afuera, cerró la puerta, justo en su cara.

- ¡Me las vas a pagar! - Gritó desde afuera, pero no obtuvo respuesta.

Sonriendo ante este hecho, sólo se marchó. Durante su recorrido, tenía que pasar por su hermano, Jimin se lo pidió expresamente, ya que; según él, sería el conductor elegido, por lo tanto, no necesitaban más de un auto.

El camino hacia el lugar había sido un poco confuso, pensó que Jimin sabría dónde quedaba dicho sitio pero lo cierto era que ambos estaban un poco perdidos, sumándole el hecho de que Taehyung no contestaba su teléfono para que los pudiese guiar, y en general, ninguno de los que asistirían tomaban el móvil.

- ¿Nada?

- No, ni siquiera hay sonido alguno. - Contestó Jimin, un poco exasperado por no dar con el lugar.

- Ey, tranquilo. Por en el buscador nuevamente la dirección. Tal vez ocurrió algo con sus teléfonos.

Tardaron más de lo que tenían pensado pero logrado dar con el bendito lugar. Resulta que quedaba un poco alejado de la ciudad, lo cual hacia que prácticamente no hubiese señal.

Regresión - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora