T.A.G

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La situación era hilarante, claramente. En el momento que las únicas dos personas faltantes hicieron acto de presencia, todas las miradas de los presentes en la sala se dirigieron hacia ellos, sin embargo, una fue desviada rápidamente. Jungkook pudo distinguir con facilidad a sus familiares, básicamente estaban sus padres, sus hermanos, y tal vez dos o tres de sus parientes más cercanos. Por otro lado, por supuesto, estaba la familia de su cuñado, el señor y la señora Park, Junseok que ahora lucía un poco más maduro y, por último, a quien casi no reconoció fácilmente, Park Jimin, él era el único que no tenía la atención puesta en ellos, por ende, el castaño decidió desviar la mirada de éste ya que, desde que ingresaron a la sala, había focalizado sus ojos en el pelinegro.

Se sentía fuera de lugar, totalmente ido, sus manos estaban curiosamente sudando a pesar de que la noche estaba demasiado fría. Sus pies clavados en el inicio de la escalera, a punto de bajar, sin embargo estos no movían ni un sólo músculo. Identificó la sensación como incomodidad justo en la boca de su estómago y, pese que conocía a la mayoría de personas presentes, ahora los veía a todos como completos desconocidos.

¡Dios!, él no debería estar tan incómodo en este momento. Si, reconocía que la sensación de fastidio era normal pero lo que no sabía era la magnitud de esta.

No fue hasta que su mejor amigo le tocó el hombro que se dio cuenta que estaba plantado y completamente inmóvil. Viró su mirada hacia Taehyung y éste le dio la señal para que empezaran a bajar, Jungkook chupó una respiración, enderezó su espalda, y bajó. De pronto fue consciente de sí mismo, el ruido a su alrededor se hizo presente y sus hombros se relajaron. Estaba bien, él lo estaba, simplemente fue el shock del momento. Volver a ver a las personas con las que en el pasado había interactuado lo habían hecho sentirse levemente fuera de sí.

Al momento de reunirse con los demás, se dispusieron a saludar y cada uno siguió en lo suyo, conversando entre los pequeños grupos que se habían formado entre familiares. Taehyung se dispersó y Jungkook se dirigió hacia sus padres, quienes estaban con su hermana y Junseok.

- Oh, Cariño, ¿Te sientes bien?, estás un poco pálido. - Su padre fue el primero en hablarle, llamando la atención de los que estaban con ellos.

- Si, papá. Sólo se me subió un poco la presión, sabes que el clima frío me cae un poco mal. - No era mentira. Rápidamente cambió de tema y se dirigió a su cuñado - Jun hyung, me da gusto verte, ¿Qué tal todo? - La sonrisa que le dedicó era totalmente sincera, en el pasado ellos se llevaban más que bien, se podría decir que hasta fueron amigos, o eso quería pensar el menor. A veces, durante las tardes, ellos hacían maratones de series y películas, compartían conversaciones y gustos en común. Mentiría si dijera que no le causaba un poco de nostalgia recordar todo aquello.

- Pues, no mejor que tú. Has crecido bastante, Jungkook, ya incluso estás más alto que yo y no sólo eso, tus facciones se han endurecido un poco, te pareces a Nam - Los presentes re rieron incluido el menor, ciertamente ya estaba más relajado. - ¿Acaso es porque sois médicos ya?

- ¿Qué dices, hyung?. No me compares con Nam, yo soy mucho más guapo.

- Bueno, de eso no tengo duda. - Los demás siguieron hablando mientras Jungkook empezó a buscar a su mejor amigo con la mirada, para cuando sus ojos lo encontraron, un latido se quedó pausado en su garganta. Taehyung estaba tranquilamente hablando y riendo con Jimin y otro chico al cuál no conocía, supuso que era familiar del los Park, aunque nunca lo había visto.

Por un momento bajó su mirada, sintiéndose inquieto y la volvió a subir, esta vez sólo mirando al pelinegro de manera sutil. Nadie podía culparlo, la curiosidad lo estaba matando, porque, si volvieras a ver a tu ex pareja, después de mucho tiempo, es normal que lo repares, así sea por un pequeño tramo de tiempo. Sus pensamientos se dirigieron hacia la figura del mayor; cuando conoció a Jimin, éste tenía el pelo teñido de rubio, muy diferente a como está ahora, un color tan negro que le había dificultado su capacidad para reconocerlo, aunque el largo de éste seguía siendo igual que hace años. Su estatura seguía siendo la misma, al parecer su crecimiento se quedó estancado cuando cumplió veinte. Llevaba dos perforaciones en sus orejas, las cuales nunca pensó que él se haría, ya que era muy reacio, eso le sorprendió. Estaba un poco más delgado pero significativamente acuerpado, lo pudo notar por como se cernían sus prendas alrededor de su cuerpo... Su boca se secó repentinamente y decidió que era el momento de apartar la mirada, sólo esperaba que nadie se hubiese dado cuenta.

Regresión - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora