Signo

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Jimin se debatía entre si tomar el casco e irse con el menor, o parar un taxi y evitar el acercamiento. Por un lado, le tomaría mucho tiempo llegar a la joyería si se iba en transporte púbico, pero por otro, el tener que compartir el mismo vehículo que su exnovio, suponía, inevitablemente, un acercamiento físico que a sabía que a ambos les causaría incomodidad.  

- ¿Y bien?- preguntó Jungkook aun estirando su mano que sostenía el caso. Jimin lo tomó.

- Iré contigo, pero que sepas que me da miedo subirme a estas cosas, nunca lo he hecho, así que por favor conduce con cuidad. 

       - ¿Qué pensarías si te dijera que mis padres quieren comprarme una motocicleta?, así podría     llevarte a la universidad. 

       - Cariño, sería genial que tuvieses una, sin embargo, tendré que rechazar tu oferta, los             vehículos de dos ruedas y yo no nos llevamos bien. Me da miedo subirme a una. 

      - Oh, vamos, Jimin. Será divertido. Haré que te subas al menos una vez y te demostraré que     no tienes nada que temer, no conmigo. 

- Lo hiciste una vez - Jungkook comentó mientras el mayor se ponía el casco.

- ¿Qué? 

- Que te tienes que agarrar bien. 

El pelinegro, con el casco ya puesto, se acercó y le tocó tomar impulso para subirse ya que era demasiado grande para su altura. Jungkook evitó reírse de aquello, Jimin evitó el choque entre sus cuerpos. Se limitaría a sostenerse de la parte atrás de la moto, de esta manera no habría contacto físico.

- ¿Estás listo?- Cuestionó el menor.

- No. - contestó nervioso, intentando respirar adecuadamente para disminuir las sensaciones provocadas por el miedo. 

- Bien.- Dicho esto, arranco su vehículo de manera tan brusca, que hizo a Jimin soltarse de su agarre trasero y, por el pánico, se apegó a la figura del menor, rodeando su abdomen con sus brazos y su cuerpo pegado a la espalda de este, tanto que Jungkook se quedó sin aire por unos segundos. 

Decidió bajarle a la velocidad, tal vez no había sido buen idea arrancar de esa manera, no sabía qué quería lograr con ello, ¿Asustarlo?. Sinceramente sólo quería que su semblante tranquilo se desbaratara, le irritaba de sobremanera que él estuviese tan bien con todo esto, actuando siempre como un psicólogo a quien no le afecta nada. 

El castaño bajó la velocidad pero aún seguía siendo demasiado rápido para el mayor, continuaron con el viaje, sin embargo, Jimin no se despegó en ningún momento ni abrió sus ojos, ninguno dijo nada.

Cuando la moto se detuvo y el menor la apagó, Jimin supo que habían llegado. Se despegó rápidamente del cuerpo que durante ese viaje le produjo seguridad y se bajó. Ambos se quitaron el casco y el pelinegro observó cómo Jungkook tenía una sonrisa de autosuficiencia en el rostro, hace mucho tiempo no lo veía formar una expresión en su rostro que no fuera de seriedad. Claramente sabía lo que había hecho y le divertía la situación.

-¿Qué?.- Preguntó con sorna.

- Eres un idiota.- Jimin arregló su cabello y le entregó el caso, podría jurar que con algo de agresividad, luego se dispuso a entrar al establecimiento, sus piernas temblaban un poco.

Jungkook lo siguió sin decir nada, su rostro serio nuevamente, simplemente se plantó a su lado cuando estuvieron con la persona que los iba a atender.

-¿En qué los puedo ayudar?.- Les preguntó un hombre, bastante joven.

- Verá, venimos a recoger unas alianzas.

- ¿Tienen la factura?- Jimin asintió y entregó el papel. - Regreso en un momento.- El muchacho desapareció con este en busca de las argollas

Había un silencio incómodo entre ellos dos, ahora Jimin no parecía tan animado como cuando estuvieron en la iglesia. El menor se negaba a pensar que era su culpa que el ambiente se haya puesto más incómodo de lo normal.

- Bien, estas son las alianzas. - El hombre las sacó de una pequeña bolsa y leyó lo que había escrito en ellas. - ¿Quién de ustedes es el señor Park?

- Am, soy yo. - ¿Por qué el que los atendía se sabía su apellido?, ¿Su hermano se lo diría?

- O sea que tú debes ser Jeon. Estas son sus respectivas argollas. - Les entregó las alianzas a cada uno para que las observaran. Los nombrados estaban confusos.

Ambos miraron el grabado de cada argolla, ciertamente en cada una estaban grabados los apellidos de Jeon y Park. Ahora todo tenía sentido; los dueños de las alianzas habían decidido que cada una llevaría el apellido del otro, normalmente así era como se llamaban de cariño.

Jimin y Jungkook conectaron miradas, después de todo, eran también sus apellidos. Algo se instaló en el estómago de cada uno, una sensación agria que los dejó con un mal sabor de boca.

  -¿Te quieres casar conmigo?- el contrario abrió los ojos y su expresión se llenó de confusión. - Es decir, ahora no, somos muy jóvenes, pero en un futuro quiero que nos casemos, que seas mi esposo.

- Si, quiero.

- Felicidades por su matrimonio, hacen una pareja muy bonita.

- Nosotros no so...- continuó el castaño que fue interrumpido.

- Oh, cierto. Se me olvidaba decirles, si tienen algún cambio que les quieran hacer, tiene que ser en los próximos días para que alcancemos a tenerlas antes de su fecha matrimonial.

- Por supuesto, las observaremos a detalle y si tenemos algún cambio, vendremos lo antes posible. - Continuó Jimin, guardando las argollas en su empaque.- Muchas gracias por su atención, hasta pronto. 

- Hasta...luego. - Igualmente el menor se despidió y siguió a Jimin para alcanzarlo, quien caminaba a zancadas para salir del establecimiento.- Oye.- El pelinegro no volteó. - ¿Por qué dejaste que pensara que somos quienes nos vamos a casar?, es decir...

-¿Realmente te importa?, ni siquiera conocemos a ese tipo, da igual si le explicamos o no, no me interesa aclarar nada, solo quería irme.- Siguió caminando 

- ¿Por qué repentinamente estás tomando esa actitud?, parecías estar muy bien en la iglesia. - Se detuvieron cuando estuvieron fuera.

- ¿Y tú?, tomaste la misma actitud que yo, incluso antes de que entráramos a la iglesia. No entiendo qué es lo que te molesta tanto. 

- Eso... Bueno, obviamente no quiero tener que hacer esto, el matrimonio me parece una pérdida de tiempo, es estúpido y...  

- Te tengo noticias.- Continuó Jimin irritado.- No es tu boda, es la de tu hermana y mi hermano. A mi la situación no me gusta tampoco, pero tengo el mínimo cariño por ellos para al menos tratar de ayudarlos con esto. - Jimin alzó la vista y lo miró directamente a los ojos.- Estaba intentando llevar la fiesta en paz contigo pero te estás comportando como un niño. - Jungkook frunció el ceño ante ese calificativo.- No estás ayudando a que esto funciones, ¿De acuerdo?, si tú vas a actuar de esta manera, no esperes que yo te trate de una diferente. - Soltó sin más.

- Bien.

- Estupendo. 

- Adiós.

Cada uno se fue por su lado; Jimin prefirió tomar un taxi y Jungkook arrancó su motocicleta. Ambos con la molestia brotando de sus cuerpos. 







Regresión - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora