Piel contra piel©

Capitulo 2.

Mis pensamientos los interrumpío un carraspeó que venía justamente de la puerta abierta.

Jordan suspiro antes de apartarse como para componerse del azoro.

Y se fué de allí dejándome sola con Carmen, me miraba con desden y sorpresa.
Le señale los condimentos.

_Aqui están_los tomó de mis manos rápidamente.

_Si, no eran tan difíciles de hallar... Compórtate niña. No quisiera tener que avisar al señor del comportamiento inadecuado de su hijo.

Esa señora sólo estaba enojada porque estuvo mucho tiempo tratando de meterle a Jordan por los ojos a su hija, quién por cierto trabajaba allí también, y casi siempre resultaba ser muy molesta, era evidente que Marta buscaba demasiadas oportunidades para estar a solas con él y hablarle tanto como pudiera.
Quizás la madre estaba dolida por el continúo rechazo hacía su hija, lo que hacía que se desquitara conmigo y no me dejara trabajar tranquila, cambiándome constantemente de ocupación. Le respondí que ella podía hacer lo mejor que le pareciera de la manera más fría que pude y me marché dejando a la pobre señora desconcertada.

_Es una pena que Carmen nos haya interrumpido, cuándo apenas comenzabamos. No sabes todo lo que quería hacerte. Me dijo mordiendose el labio inferior y acariciandome el muslo.

_Pronto podrás continuar respondí juguetona. Colocando mi mano sobre su miembro que ya estaba completamente duro. Entonces aceleró.

_Quiero llegar rápido nena. Ya quiero estar dentro de tí.
Esa noche fué maravillosa, al aparcar su auto en la entrada del edificio, se dirigió rápidamente a mi puerta para abrirme y sacarme en sus brazos del auto.

Estaba tan sorprendida, pues casi nunca lo hacía. Los vecinos asomados en las ventanas nos miraban mal y algunos hasta se reían de esos locos enamorados que jugaban bajo la lluvia.

Ya había comenzado a llover mucho antes de llegar, sin apresurarnos a entrar como en otras ocasiones nos quedamos allí parados, sintiendo como el agua recorría nuestros cuerpos, el me alzaba y me besaba con tanta intensidad como si en cualquier momento alguien fuera a arrebatarme de su lado.
Trás ese largo beso el sujeto mi rostro entre sus manos, me miraba tan fijamente y yo me sentía desnuda sin que me hubiera si quiera quitado la camiseta.

Porque esa mirada intensa trataba de absorverme enteramente, veía su rostro empapado y sus bellas facciones cobraban un encanto superior al estar adornadas de esas cristalinas gotas, los leves rayos de sol iban a parar a su pelo haciendolo brillar.

Yo traté de esconder mi rostro al notar el rubor que lo recorría, tomó mi barbilla para que volviera a mirarlo, lentamente se acercó, sujetó mi mano y me besó en la frente.
Nuestros cuerpos se encontraban tan cerca el uno del otro que podía escuchar los latidos acelerados de su corazón, mi cabeza posaba en su pecho mientras el acariciaba mi cabello.
Sentí en ese momento con cuánta intensidad me amaba, y yo nunca lo había sentido así. Quería quedarme inmóvil, congelar ese momento para conservarlo siempre.

Las frías gotas que me hacían erizar la piel no eran nada para el calor de aquel abrazo que me envolvía toda y hacía sentir bien. Llevandose mi mano a sus húmedos labios besó mis dedos y con la otra mano acariciandome la mejilla dijo:

_Quiero que sepas que nunca voy a dejarte...

Tomé su mano y atravesamos corriendo el vestíbulo del edificio. Los ascensores no funcionaban por una falla eléctrica. Y seguimos corriendo por las escaleras, subiendo escalón por escalón hasta llegar al quinto piso, jadeando y rebosantes de alegría, riendo como niños.

Nos detuvimos en el apartamento 09, y sólo un segundo fué suficiente para buscar la llave y abrir el cerrojo, sin parar de besarnos y tocarnos en todo momento.