Mientras iban en el carro de los Cutberth, Anne le explicaba con la voz muy cortada, que Matthew estaba teniendo días en los que no se podía levantar y había estado evitando el desayuno y cena la última semana.
-... en este momento está experimentando náuseas y mareo, también dice que le duele el estomago como si alguien se lo estuviera oprimiendo.- decía Anne.
Gilbert sabía que Matthew era más que su tutor legal, era como un padre para Anne uno de sus más grandes confidentes y consejeros.
En cuanto llegaron a Tejas Verdes, ambos saltaron del carro y salieron corriendo hasta la casa, Gilbert seguía a Anne. Con la respiración errática. Al entrar a la habitación, Marilla se encontraba llorando sobre el pecho de su hermano Matthew, el cual descansaba con los ojos abiertos, mirando a un punto de la habitación sin brillo en los ojos.
-Se ha ido, pequeña.- dijo Marilla entre sollozos.
Lo siguiente le partió el corazón a Gilbert, su Anne dió un alarido desgarrador desde el fondo de su garganta mientras se dejaba caer al suelo, se agacho a su altura y la atrajo a su pecho, la sentía temblar, mientras mojaba su camisa, le acarició la espalda de forma conciliadora, mientras el mismo soltaba lágrimas silenciosas.
Matthew no era la persona más sociable de Avonlea, odiaba tener que ir afuera de Tejas Verdes porque tenía que hablar, él era tímido, pero eso no implicaba que no fuera querido, lo era, se había ganado el respeto y cariño de todos ahí.
Anne estaba en negación, no podría ser cierto que Matthew se le haya ido así sin más, se sentía demasiado triste aún cuando se le acabaron las lágrimas.
Gilbert, la llevó en algún punto a su cama, diciéndole que tenía que descansar, se sentó a un lado de su cama, mientras sostenía su mano y la besaba con fervor, su mirada era de preocupación. Y eso fue lo último que miro antes de entrar en un sueño profundo donde ella era una niña que veía a Matthew sentada en aquella estación de tren, mientras él también estaba ahí sentado a su lado sonriéndole con esa sonrisa amable que él siempre le daba y que no había visto que a nadie le diera esa misma sonrisa.
Cuando despertó, era muy tarde, el sol estaba en lo alto del cielo, volviendola a la realidad que Matthew ya no estaba con ella.
El velorio fue duro, Charlie sostenía su mano helada entre las suyas tan cálidas, Gilbert les había informado que lo que había ocasionado el descenso de Matthew fue un ataque al corazón fulminante. fue peor tener que aceptar las condolencias de toda Avonlea, ahí estaba Cole por lo menos, fue peor cuando miro cómo enterraban a Matthew.
Se soltó de Charlie y fue a abrazar a Marilla, ambas estaban doloridas, habían perdido mucho, habían perdido un hermano, un confidente, un conciliador, tenían el alma destrozada como si fueran hechas de vidrio que alguien soltó por accidente.
Lo que siempre notó cuando ella hacía un movimiento era a Gilbert por su vista periférica también moviéndose.
Toda Avonlea después se reunió en Tejas Verdes, ella estaba abrumada y decidió alejarse así podría digerir mejor la situación, necesitaba estar sola. se dirigió al granero, ahí se encontraban orgullo y prejuicio, y sonrió ligeramente, sabía que su sonrisa no había llegado a sus ojos, se dedicó a acariciar el pelaje de las vacas, le hacía sentir solo un poco mejor tocar.
Cuando notó unos pasos entrar al granero, ella suspiro fuerte, se volteó para encarar al que creía que era Gilbert, pero solo era Charlie, se entristeció más el saber que no quería mirar a Charlie, que era su prometido.
-Lo siento Charlie quiero estar sola.
El chico la miró asintiendo con tristeza.-Si necesitas algo estaré dentro con Marilla.
Ella asintió mientras miraba como se marchaba.
Se regañó mentalmente por pensar en Gilbert reconfortando su dolor, en vez de pensar en Charlie, el muchacho que si debería de estar reconfortandola pero que ella empujo.
Se quedó dormida en algún punto, cuando encontró una vieja camisa de Matthew en el granero, estaba agujerada pero todavía olía a él, y el picor de la paja a su cuerpo solo le hacía externar la molestia y el dolor que sentía en su corazón. Despertó cuando fue depositada en su cama, entre abrió los ojos y lo miró, su aroma de manzana con canela estaba en sus fosas nasales.
-Shhh.- la arrulló Gilbert mientras la tapaba, como si fuera una pequeña bebé.
Volvió a cerrar los ojos, cuando los abrió, miró que estaba lloviendo afuera, eso la hizo sentir más triste, incluso aunque le gustaba la lluvia no tenía ánimos de nada.
Se vistió y bajó a la cocina, ahí se encontraban sentados en la mesa Gilbert y Charlie conversando, la escena le pareció irreal, algo de otro mundo.
Gilbert fue el primero en notar su presencia, llenó una taza de té, mientras esperaba que su prometido la notara también.
Charlie le miró extrañado y luego notó a Anne, fue a abrazarla, después depositó un beso en sus manos.-¿Cómo te encuentras hoy, mi querida?
-Está lloviendo.- fue lo único que pudo decir.
Charlie asintió.
Anne se sentó a un lado de Charlie encarando a Gilbert, él le extendió la taza de té para que la tomará, cuando ella lo hizo, rozó un poco los dedos de él y eso la hizo sentir menos muerta en vida.
Gilbert desapareció en la cocina, mientras Charlie le hablaba que ellos dos se habían quedado en Tejas Verdes para cuidar de Marilla y ella, habían ido cada uno a sus casas para ir a cambiarse. También que Marilla estaba en su cama pero que ella ya había desayunado.
El joven doctor regresó con manzanas cortadas con miel y pan con mantequilla, ella le dió un gracias articulado, él asintió.
Charlie siguió hablando del clima, Gilbert le seguía la charla pero de reojo cuidaba que la pelirroja comiera.
Toda la semana fue similar. Simplemente que Marilla ya se encontraba entre ellos, y a veces estaba Rachel Lynde, que venía a visitar a su amiga y sacarla a dar una vuelta, los chicos también trataban de hacer lo mismo con Anne pero ella solo llegaba hasta el granero y se quedaba por horas ahí, buscando la camisa agujereada que, y se sentaba sobre la paja imaginando mirar a Matthew estar ahí con ella, haciendo sus quehaceres. Estaba derrotada. Y se sentía como un día tormentoso sin que parara y hubiera un día soleado.
Gilbert pasaba los días entre citas en su consultorio y Tejas Verdes, le daba tiempo a Anne, porque sabía lo que era perder a un padre. A su manera la cuidaba, le preparaba el desayuno y la cena, se sentaba afuera del granero al anochecer y cuando creía conveniente, la llevaba adentro dormida, cada día sentía a la chica más y más liviana, entonces aumentaba su porción de desayuno, le decía a Charlie que hablara con ella de lo que fuera, a veces tenía éxito y otras no.
La siguiente semana, Anne ya se miraba con más color, comía más y hacía más negocios en Tejas Verdes. Todo parecía volver a la realidad, así que dejó ir a diario y empezó a alternar sus visitas, pero eso no hacía que no dejará de preocuparse, así que antes de ir a casa, saliendo del consultorio, iba ahí para verificar que Anne no estuviera en el granero dormida. Le molestaba saber que no estaba ahí, porque siempre al mirar por su ventana miraba a ella y a Charlie hablando.
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La maleza de tu jardín ||Completa||Shirbert
Fanfiction(Adultos) Gilbert y Anne han tenido siempre una relación complicada de definir, pero siempre han sido adictos al otro. " Oh, no puedo hacer que dejes de plantar raíces en mi mundo de fantasía, mi casa de piedra, tu hiedra crece y ahora estoy cubiert...