No podía creerlo...
- Vamos- dijo de inmediato, como si nunca me hubiese robado un beso en medio de la calle. Me pasó un brazo por los hombros, me apegó a su cuerpo y aceleró el paso, obligándome a casi trotar para no quedarme atrás.
- ¿Acabo de perdonarte y me haces esto?- sollocé. No se detuvo-. ¡Shizuo! ¡Te estoy hablando a ti, idiota!
- Te prometo que no es lo que piensas, Kira, dame tiempo y te lo explicaré todo, pero por ahora sólo te pido que confíes en mí y hagas lo que te diga- dijo apresuradamente, pasando de largo del restaurante de sushi donde debía volver en diez minutos si no quería levantar sospechas de que algo había ocurrido.
- Más te vale que tengas una buena razón para hacer esto- mascullé temblorosa, afianzándome sobre él con un brazo rodeando su cintura. Quien nos viese no dudaría de que éramos una pareja... Oh.
Conque éste es tu plan, ¿eh?
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- Ya sé una alternativa a una maratón- jadeé cuando por fin nos detuvimos, casi a las afueras de la ciudad-. ¡Basta con salir a un paseo contigo, animal!
- ¿Quieres dejar de despotricar en mi contra?- jadeó él también, recuperándose con la espalda apoyada en la pared del callejón donde nos había metido él mismo.
- Me prometiste que ese beso tenía una explicación- me crucé de brazos frente a él-. Espero la respuesta.
Alzó la cabeza un poco y me miró por encima de sus gafas con la culpa brillando en sus ojos. Se veía tan nervioso que me era difícil estar realmente enfadada con él. Es decir... No me había desagradado el beso, pero sí que lo hubiese hecho tras decirme que era diferente a los demás.
- ¿Te acuerdas cuando te pregunté si tenías novio?- se incorporó y por un momento deseé que volviese a agacharse: entre que yo era una maldita enana y él un mastodonte de casi dos metros...
- Sí, hace apenas minutos que me lo recordaste- alcé una ceja, retrocediendo y quedándome como Shizuo, con la espalda apoyada en la pared frente a él y de brazos cruzados.
- ¿Y te acuerdas que te dije que eso limitaría a Izaya?
- Sí, sí me acuerdo.
- Pues ahí tienes la respuesta. Si finjo serlo, esa pulga de mala muerte se alejará de ti. Uno, porque tendrías a alguien protegiéndote. Y dos, porque ese alguien soy yo. De ser otro, no le costaría nada matarlo, y sabe que si yo lo veo molestándote controlará su cercanía.
- Espera, rebobina- empecé a hiperventilar, muerta de sonrojo-. ¿Estás diciéndome que tenemos que fingir ser pareja?
- Si quieres respirar tranquila, sí- se hundió de hombros. En sus pómulos se podía apreciar un pequeño enrojecimiento que lo hacía ver muy adorable... ¡Deja de pensar en eso, Kira! ¡Céntrate!
- ¿Y cuánto tiempo sería?
- Hasta que Izaya coja otro objetivo- frunció el ceño al decir el nombre del moreno.
- Si eso funciona... Acepto- suspiré con una pequeña sonrisa tímida-. Shizuo...
- ¿Qué?
- Me alegra saber que te importo tanto como para esto. Gracias.
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Shizuo
- Pues claro que me importas- sonreí de vuelta.
Pasaron varios segundos en los que nos quedamos mirándonos sonrientes, como dos idiotas enamorados (jejeje... aquí sí que hay uno ¬w¬), hasta que Kira sacudió la cabeza y miró su reloj.
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Golpes de electricidad
RomanceAkashi Kira por fin es mayor de edad. Está lista para soltarse y vivir independientemente. Pero ya ha cometido su primer fallo: mudarse a Ikebukuro, distrito de Tokyo, muy lejos de su familia y amigos. Segundo fallo: instalarse en un apartamento en...