N/A: Me gustaría aclarar que, en vista de que "Víctimas de la rebeldía" está sin acabar aún, me he dedicado a ir adelantando en esta historia, así que aquí les dejo el primer capi :3 Espero que lo disfrutéis n.n
- Cómo no, no faltan los idiotas de turno- suspiré, apoyando el codo en el borde de la puerta de mi deportivo rojo, vigilando de reojo a los diez chicos que me rodeaban, cinco en un coche descapotable gris a mi izquierda y los otros cinco en otro descapotable, esta vez negro.
Iba a mitad de camino en dirección a mi nuevo hogar, y en medio de la eterna autopista mientras circulaba por el carril del centro, a mis lados se habían presentado los recién mencionados imbéciles, con música reggaeton a todo volumen y llamándome constantemente. Usé mis gafas de sol para ocultar mis enfurecidos ojos y me limité a cambiar la pista que estaba escuchando para poner "Pressure Cooker", de Pegboard Nerds.
Seguí conduciendo, reteniendo las ganas de darles su merecido por ligones, y acerqué la mano al botón con las letras "TOON" que estaba bajo mi radio, y cuando rompió el estribillo (0:35) lo pulsé, sonriendo traviesa mientras mi coche se transformaba con un complejo sistema de cambio que yo misma había diseñado para un momento así. Y bajo unos fuertes sonidos metálicos que me encantaban, dejé ver hasta dónde era capaz de llegar yo con la tecnología...
De donde se unían las ventanas traseras y delanteras se abrieron unas compuertas de un metro verticales y dos alas metálicas de color dorado se estiraron hacia arriba, alcanzando tres metros de altura y creando un efecto de ave a punto de despegar precioso. Rematando, dos gigantescos altavoces de metro y medio de alto por medio metro de ancho asomaron del techo del coche, apuntando hacia delante y rompiendo el sonido de los demás coches con mi música, enmudeciendo a los listillos de mis costados a tal punto que no pudieron decir nada ni hacer ningún gesto. Y para finalizar, de debajo de la puerta del maletero se abrió una última compuerta en horizontal que alcanzaba los dos metros, y de la cual asomó una brillante cola estilo pavo real que se alzó hasta los cuatro metros de altura, reluciendo en colores azul eléctrico y dándome el tiempo suficiente para acelerar con un hermoso rugido del motor y terminar de recorrer mi largo viaje con mi súper tuneado personalizado.
**********************************************
Llegando por fin a Ikebukuro, distrito de Tokyo donde había decidido mudarme, desmantelé todo el tuneado metálico del coche y aminoré la velocidad, mirando con curiosidad los primeros edificios de la ciudad. De primera vista, parecía muy tranquila y hermosa, y continué mi conducción de inspección (anda, rima XD) hasta llegar un poco a los barrios bajos, donde había encontrado un estupendo piso a precio razonable y donde podría comenzar mi vida en solitario... o casi.
- Venga, chaval, ya puedes salir a investigar- sonreí, cogiendo una pequeña caja de cristal y abriendo su tapa-. Pero nada de irse mientras no estoy mirando, que me lo veo venir.
Un suave siseo fue la respuesta de aquel al que yo consideré siempre mi mejor amigo: una King Cobra macho de tres metros que se había acostumbrado al pienso para reptiles y a las ratas y ratones, de nombre Yuma. En él, significaba tranquilo y sincero, precisamente como era. Fue el primero en defenderme de los malos chicos que se me acercaban a partir de mis diez años, y ahora mi querida serpiente tenía ocho años de edad. Llevaba literalmente toda su vida conmigo, y nadie me iba a separar de él bajo ninguna circunstancia. Si no hubiera sido por él, muchas veces habría intentado hacer locuras para quitarme la vida. No tuve una juventud lo que se dice fácil...
Mi cabello plateado hasta la baja espalda, mis ojos azul claro y vibrante, mi pequeño cuerpo de apenas 1'68 de alto, mis firmes pechos y mis marcadas curvas me habían metido en muchos líos a lo largo de mi vida, pero no estaba dispuesta a que volviera a pasar. Tenía un arma secreta además de Yuma, letal si quisiera. Un movimiento en falso... y freiría vivo a cualquiera que tratara de sobrepasarse conmigo.
ESTÁS LEYENDO
Golpes de electricidad
RomanceAkashi Kira por fin es mayor de edad. Está lista para soltarse y vivir independientemente. Pero ya ha cometido su primer fallo: mudarse a Ikebukuro, distrito de Tokyo, muy lejos de su familia y amigos. Segundo fallo: instalarse en un apartamento en...