4

12.7K 920 864
                                    

Me levanté de la silla y fui a donde estaba el profesor, me puse frente a él inclinándome un poco de manera que quedamos frente a frente.

—¿Así que le parezco bonita a mi sensei? —pregunté tratando de sonar sexy.

—No me pareces bonita, lo eres —afirmó sin mostrar emoción alguna, yo al contrario estaba muriendo de nervios, no sabía qué carajo estaba haciendo.

—Me siento halagada recibiendo esas palabras de un hombre tan atractivo —dije mientras me sentaba en el escritorio quedando frente a él con las piernas abiertas.

—¿Soy atractivo? —preguntó poniendo ambas manos en mis piernas.

—Bastante —tomé una de sus manos y la guié a mi intimidad, estaba agradecida de que justo ese día no me había puesto short.

Empezó a mover sus dedos acariciandome sobre mi ropa interior, nos mirábamos directamente a los ojos y yo mordía mis labios conteniendo los pequeños gemidos que me provocaba con su tacto. Me acerqué a su rostro para besarlo pero me detuvo para luego ponerse de pie y alejarse.

—Si el único problema que tuviste con el ensayo fue ese, todo lo que te puedo recomendar es que para la próxima leas más —habló dándome la espalda.

—¿Y eso es todo? —pregunté incrédula.

—Sí, te puedes retirar —respondió aún sin mirarme.

Me bajé del escritorio, acomodé mi ropa, tomé mi mochila y salí de su oficina sin decir más. Caminaba por las instalaciones de la U.A. dirigiéndome a la salida mientras analizaba la situación; no podía creer lo que acababa de pasar, me dejé llevar por el momento y actué de esa manera sin pensarlo, pero bueno, había descubierto que mi profesor también se sentía atraído hacia mí, de no ser así, no me habría seguido el juego. Finalmente salí de la U.A. y caminé hasta mi casa.

.
.
.

El día transcurrió normal, a las 11 de noche subí a mi habitación para acostarme, ya me encontraba en mi cama cuando me puse a pensar en el profesor Aizawa, en como sus ojos estaban fijos en mí mientras sus dedos me tocaban haciéndome estremecer. Me hubiera gustado sentir sus largos dedos entrando y saliendo de mi interior.

Sin darme cuenta bajé mi mano y la metí bajo mi ropa interior, empecé a tocarme recordando cómo se sentían sus caricias; solamente con eso ya estaba bastante mojada, continué masajeando mi clitoris imaginando que eran sus dedos los que lo hacían, me sentía bastante excitada así que lo hice más rápido hasta que sentí como llegaba al clímax gimiendo sin contenerme.

—Vaya, hacía mucho tiempo que no me tocaba —pensé tratando de controlar mi respiración.

A pesar de que fue bastante bueno, no me sentía satisfecha... quería más, pero no solamente quería más, quería al profesor Aizawa dentro de mí y no me iba a quedar con las ganas, tenía que hacer algo para conseguirlo. Continué pensando en eso hasta quedarme dormida.

.
.
.

La semana pasó sin que ocurriera nada importante, en esos días no intenté nada con el profesor Aizawa pues realmente no sabía qué hacer para acercarme, él tampoco había intentado nada; ni si quiera me miraba. Llegó el viernes y yo había quedado con Aoyama y Mina para salir a comer, acordamos encontrarnos en el parque frente al restaurante al que iríamos, cuando llegaron fuimos al restaurante y ordenamos.

—Este semestre está siendo bastante ligero —dijo Mina.

—Lo sé, debo decir que estoy aburrido —dijo Aoyama.

—¿Cómo hago para seducir a un hombre? —solté de repente interrumpiendo su conversación, ambos me miraron asombrados.

—¿Qué hombre? —preguntó Aoyama con una sonrisa ladina.

—El profesor Aizawa —aseguró Mina emocionada antes de que pudiera decir algo.

—Claro que no. Solamente me da curiosidad saber cómo se hace —ambos me miraron incrédulos. —Bieeeen, quiero tener sexo con una persona en específico y no sé cómo acercarme.

—¿Qué hombre? —insistió Aoyama.

—Mi vecino —respondí sin pensarlo demasiado.

—No nos habías hablado de tu vecino ¿y el profesor Aizawa? —dijo Mina.

—No les había hablado de él porque recién se mudó ¿y el profesor Aizawa qué? Claramente es mi amor platónico, alguien que nunca podré tener, en cambio con mi vecino solamente quiero tener sexo.

—Dile que quieres tener sexo y ya —dijo Aoyama.

—¿Así de fácil? —pregunté.

—Claro, eres bonita y tienes un hermoso cuerpo —respondió Mina.

—¿Y eso qué?

—T/N, los hombres son simples, no se negará a tener sexo sin compromiso con alguien como tú —aseguró Aoyama.

—A menos que tenga novia, sea religioso o algo así, pero esos casos son pocos —dijo Mina.

—¿No es algo muy atrevido? ¿Qué va a pensar de mí?

—¿Acaso eso importa? —preguntó Aoyama levantando una ceja.

—Bien, bien, pensaré en ello.

Continuamos hablando de temas sin importancia, no volvimos a tocar el tema "del vecino". Quizá los dos tenían razón, quizá cualquier hombre aceptaría sexo sin compromiso con una chica atractiva; sin embargo, no era cualquier hombre la persona con la que quería estar, eso hacía complicadas las cosas. También parecía no querer nada conmigo, lo cual era de esperarse pues una relación más allá de lo académico entre profesor y alumna no estaba bien; es por eso que no podía llegar con él y decirle "tengamos sexo", debía seducirlo primero, pero no sabía cómo. En pocas palabras, sus consejos no me servían de nada.

Trajeron nuestra comida así que comenzamos a comer, al terminar pagamos, nos fuimos del restaurante y estuvimos paseando por las tiendas hasta que empezó a oscurecer, finalmente nos despedimos y nos fuimos a nuestras respectivas casas.

Al llegar a casa cené y después de prepararme para dormir, subí a mi habitación y me tumbe en la cama. Estaba bastante cansada por lo que rápidamente me quedé dormida.

~

Prohibido [Shōta Aizawa × Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora