Prohibido [Shōta Aizawa × Lectora]

3

Abrí mis ojos lentamente, la luz que entraba por la ventana me lastimaba. Poco a poco recuerdos de la noche anterior llegaban a mi mente, entonces apareció el recuerdo del mensaje que envié sin pensar, eso provocó que me levantara de golpe, tomé mi celular y entré a WhatsApp, no tenía ningún mensaje nuevo; no sabía cómo sentirme al respecto. Eran las 11 de la mañana, vi a mi alrededor, Mina y Aoyama seguían durmiendo. Volví a recostarme pero no podía estar tranquila, el profesor Aizawa sin duda leyó mi mensaje, eso me tenía bastante inquieta, decidí que mejor bajaría a preparar algo para el almuerzo, quizá eso haría que me olvidara del asunto.

Bajé a la cocina tratando de no hacer ruido, comencé a hacer hot cakes, cuando terminé los serví y los dejé en el comedor, después subí a mi habitación para despertar a Mina y a Aoyama.

—Despierten, les cocine algo —les dije quitándoles las sábanas. Los 3 bajamos al comedor y comenzamos a almorzar.

—¿Ya te sientes mejor? —preguntó Mina mirándome.

—Sí, ya estoy bien, gracias a ambos por cuidar de mí.

—T/N... —dijo Aoyama mirando su plato.

—Dime —le contesté.

—Anoche... sugerí que le enviaras un mensaje al profesor Aizawa y lo hiciste, no debí hacer eso, discúlpame.

—Es cierto, no lo recordaba, ¿qué pasó con eso, T/N? —preguntó Mina.

—Aah, era eso, pues... —no sabía si decirles que lo leyó o no. —lo eliminé antes de que lo leyera, no se preocupen —les dije sonriendo.

—¿En serio? Que alivio —me dijo Aoyama soltando un suspiro.

Al terminar el almuerzo me ayudaron a limpiar la casa, no estaba tan sucia pues la noche anterior algunos chicos del salón se quedaron a limpiar la mayor parte. Después de eso Mina y Aoyama decidieron irse, tomaron sus cosas y nos despedimos. Finalmente estaba sola, tenía que hacer un ensayo de no sé cuántas hojas para el día siguiente y ya pasaba de las 4 de la tarde, pero antes de hacer la tarea decidí darme una ducha, cuando terminé comencé a hacer el ensayo pero no se me ocurría nada, todo lo que estaba en mi mente era el profesor Aizawa, ¿y si me decía algo? ¿Qué le iba a responder? Bueno, independientemente de si me decía algo o no, ¿cómo actuaría como si nada cuando él estuviera presente? No podría, si ya me ponía nerviosa, ahora que sabía lo que sentía por él sería mucho peor.

Después 4 horas ya había escrito 3 hojas, pero nos habían encargado 6, decidí dejarlo por un rato para ir a comer. Estaba preparando un un sándwich cuando escuché el tono de llamada de mi celular, dejé lo que estaba haciendo y tomé mi celular, era mamá, estaba feliz de que me llamara pero he de decir que tenía la esperanza de que fuera otra persona, me sentí muy estúpida al reflexionar sobre esa idea, ¿realmente consideré que fuera él?, que ilusa.

—Hola, mamá, ¿cómo estás? —pregunté al contestar la llamada.

—Hola, hija, muy bien afortunadamente, ¿y tú?

—Que bueno, mamá, yo también estoy bien.

—Me alegra escuchar eso, ¿cómo estuvo la fiesta? Espero que tranquila.

—Eeeh... sí mamá, bastante tranquila, no te preocupes, la casa sigue intacta.

—Está bien, confío en ti, no por nada acepté que te fueras a estudiar lejos de mí. ¿Ya cenaste?

—Eso iba a hacer justamente cuando recibí tu llamada.

—¿Ah sí? Entonces debería dejarte para que cenes, aliméntate bien ¿ok?