Día Ocho

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Octavo día — Lana, el Regocijo

El resto de esa noche no fue muy tranquilo, pero al menos Lisa no tuvo que quejarse de ellos, Lincoln y Lucy continuaron con su sesión de amor y sexo en la fría obscuridad del ático, pero no fueron ellos quienes armaron el ruido en la casa Loud esa noche; Leni y Luan se quedaron a dormir en la sala junto con Lily porque sabían que Lori montaría su show, y estando Bobby presente pues...

La mañana siguiente tuvo varios malhumorados en la mesa del desayuno, pero Lori tenía una sonrisa de oreja a oreja y Bobby lucía un inusual suéter de cuello de tortuga y unas grandes ojeras, todos sabían lo que había pasado pero nadie se sentía capaz de reclamar, hasta que Rita llamó a su hija mayor aparte

— Lori, ¿puedo hablar contigo un momento? —

la aludida perdió su sonrisa y asintió, sabedora de lo que se avecinaba; Rita tuvo el tacto de llevársela a su habitación, a cuya puerta fueron a pegarse casi todos los demás, en el comedor solo quedaron Bobby, Leni, Lincoln y Lucy; incluso Lisa, que siempre declaraba su desprecio por las "necias emociones humanas", quería saber qué le diría la matriarca a su primogénita; después de un rato, la desbandada se escuchó viniendo desde la sala, y cuando ambas mujeres entraron al comedor, todos estaban sentados en silencio y mirando para cualquier lado, haciendo muy evidente lo que había pasado; Lori miró con desprecio a sus hermanos y se sentó junto a su marido, nadie dijo nada y el desayuno trascurrió en silencio.

Unas horas después, Ronnie Ann llamó a su marido para que fuera a recogerlas a ella y a su madre, Lincoln se abrigó y salió en el auto; la nieve de la noche anterior forzaba a circular despacio y Lincoln tardó un buen rato en llegar por ellas; venían de regreso cuando el auto comenzó con problemas, parecía no querer acelerar y comenzó a "jalonearse", Lincoln maldecía en voz baja mientras María disimulaba y Ronna preguntaba que pasaba

— ¿Qué pasa Lincoln? ¿no habías llevado el auto a reparar? —

— ¡maldición!... lo hice, y hasta ayer funcionaba perfectamente, no sé qué... espero que Bobby no lo haya forzado ayer... —

— ¿Qué tiene que ver Bobby en esto Lincoln? —

— ayer en la noche andaban en este auto cuando ustedes ya no regresaron en la noche, pero Lori obligó a tu hermano a regresar a casa y creo que algo pasó de camino a la casa; no digo que lo haya hecho a propósito, solo creo que se dio demasiada prisa en llegar, y sabes que este auto ya está algo viejo para ciertas cosas —

y apenas el peliblanco hubo dicho esto, el auto comenzó a echar humo, Lincoln se orilló y salió a ver qué era lo que pasaba; al levantar la capota, lo recibió una gran cantidad de humo muy negro, lo que lo hizo alejarse de inmediato; Ronnie Ann ya estaba a su lado, viendo como su marido maldecía en voz alta mientras tosía escandalosamente

— ¡por dios!... — dijo ella tratando de ayudar a Lincoln —... si Roberto le hizo esto al auto, le voy a cobrar hasta el último centavo de la reparación —

— cof... cof... tra-tranquila, amor... primero deja que revisen el auto y después veremos que hacer... — Lincoln se Limpió la cara con un trapo que su mujer le ofrecía y se paró a un lado del auto —... tú y tu madre váyanse a la casa, ¿quieres ir en taxi o en urbex?... —

Después de un rato, un taxi llegó a recoger a las mujeres latinas y Lincoln se quedó ahí, llamando por teléfono, no pasó ni media hora, cuando una grúa llegó al lugar y una cabeza rubia de pelo corto se asomó por la ventanilla

— ¡hey, Link! ¡ ya estoy aquí!... — Lana se bajó cuando el camión aún estaba en marcha y corrió resbalando un poco sobre la nieve fresca —... déjame revisar tu auto... —

Navidáz Loud o 12 días de navidázDonde viven las historias. Descúbrelo ahora