Capítulo 1

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P.O.V Lauren

—Y entonces Dinah, la vi ahí. ¡Te lo juro rubia! Era ella. Mi Lucy…mi amada y hermosa Lucy…gimiendo a todo pulmón con la lengua de otra mujer en su…

—¡Epa! Laurenzo, no es por ser mala, pero ya me contaste la misma historia como diez veces. Ya me la sé de memoria, y francamente, si escucho una sola vez más cómo Lucy tenía la lengua de otra tipa metida hasta el útero y gritaba como poseída me voy a levantar y no te va a gustar lo que le iré a hacer a esa desgraciada.

—Perdona Di. Es sólo que...cada vez que lo cuento, sólo me da más rabia y...y me dan ganas de ir, confrontarla, y gritarle lo que es, una…infiel descarada y manipuladora.

—Bueno, yo la hubiera llamado de otro modo, empieza con "zo" y termina con "rra', pero sé que no te gusta decir palabrotas así que me lo evitaré, ¿Y?, ¿Qué es lo que te detiene? Esa perra se merece que le digas todas sus verdades a la cara y viéndola directo a los ojos.

—Que luego de contartelo se me pasa la rabia y recuerdo que todavía la amo a pesar de lo que me hizo.

La ojiverde se terminó su quinto shot de tequila y sintió que el líquido quemaba su garganta, aunque ya no de forma tan intensa como los primeros cuatro. Parecía que mientras más bebía, más fácil se hacía continuar, y peor sería la resaca de mañana, pero en ese momento, con el corazón destrozado y sintiéndose tan frustrada con la vida como se sentía, en qué condiciones iba a amanecer al día siguiente era lo que menos tenía importancia.

La más alta de ambas chicas simplemente suspiró y le dio algunas palmaditas en la espalda a su amiga pelinegra como consuelo. Nunca la veía beber. Lauren doña perfecta y organizada Jauregui tenia su vida planeada desde la mañana hasta la noche, y su también perfecto y aburrido plan no la incluía a ella bebiendo tequila en un bar de mala muerte con la rubia, mientras le contaba sobre la infidelidad de la que creía era el amor de su vida como por doceava vez.

"Aunque", pensó Dinah, "estoy segura de que su perfecto plan tampoco incluía encontrar a esa zorra de Lucy con otra tipa en la cama".

Por eso y sólo por eso, Dinah estaba dispuesta a hacer lo que hiciera falta con tal de alegrarle la noche a la pelinegra, a pesar de que la cara de amargada y el ceño fruncido ya era algo normal en ella incluso antes de Lucy Vives.

—¿Por qué tuvo que serme infiel Dinah? Si yo ya no le gustaba me lo hubiera dicho, y habríamos podido cortar por lo sano. ¿Qué necesidad había de romperme el corazón? ¡Y en mi propio departamento! Como si no pudiera ir a un motel o algún otro lugar de esos a donde sea que vayan los infieles. No, para colmo tenía que ser en mi departamento, y en mis sábanas nuevas. ¡Eran las que no tenían pelo de gato por todas partes!

—En primera, Lauren, amas a ese animal por mucho que te llene todo de pelos, tanto que hasta te quedaste con él a pesar de que tu ex noviecita cuyo nombre empieza con "L" estuviera en contra. En segunda, Lucy te hizo daño porque es una persona egoísta que sólo piensa en sí misma y en su propio placer. Quizás creyó que era algo del momento y que no afectaría en nada. O tal vez llevaba engañandote desde hace meses, pero no lo sabrás y seguir pensando en ello mientras te ahogas en tequila sólo te hará más daño. ¿Sabes lo que necesitas?, ¿Lo que realmente necesitas?—La rubia tamborileaba los dedos sobre la mesa y meneaba la pierna rítmicamente mientras pasaba su mirada por todo el bar, hasta detenerse en un punto fijo.

—¿Comprar helado, llegar a casa, ponerme a ver películas para llorar mientras abrazo a mi gato y aceptar que la vida es una mierda y probablemente me quedaré soltera?

Cuando la rubia volteó a verla con una sonrisa maligna en el rostro, Lauren supo que comer helado y ver películas tristes no era precisamente la idea de Dinah para superar una ruptura.

Bésame o di "basta" (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora