P.O.V Lauren
Todo su cuerpo tembló cuando salió del auto y sintió las gotas heladas recorriendo su rostro y sus manos. Se tuvo que poner la capucha de su chaqueta afelpada, que en realidad no le servía de mucho porque le quedaba algo floja. Ya se esperaba tener que lidiar con una situación así al salir de su vehículo, pero no quitaba el hecho de que hacía un frío horrible. Era otoño y el calor sofocante del verano había acabado hace ya unas semanas, sólo para ser sustituido con viento y lluvias que no duraban más de un rato pero eran fuertes.
Entró a la escuela hecha prácticamente una sopa, o casi. En cuanto llegó al salón prendió la calefacción y se quitó la chaqueta mojada. La dejó colgando en su silla con la esperanza de que se secara lo suficiente para volver a ponérsela en un par de horas, pero sabía que eso no pasaría.
Se giró y casi se lleva un susto de muerte al ver algo por un lado suyo, o más bien, a alguien. Cierta castaña a la que se le estaba haciendo costumbre provocarle mini infartos, y no precisamente todos debido al susto.
—¿Ca...? Señorita Cabello, ¿Qué hace aquí tan temprano? Estoy segura de que todavía faltan al menos unos quince minutos para que sus compañeros empiecen a llegar—. Muy en el fondo, tenía la esperanza de que Camila hubiera llegado temprano por ella. Para verla. Sólo eso. Sin besos, sin sexo o preguntas innecesarias. Sin complicaciones. Sólo ambas viéndose la una a la otra y era todo. No sabía si por parte de Camila sería igual, pero al menos ella no podía apartar su mirada de la latina cuando se daba cuenta de que esta estaba lo suficientemente distraída como para no notar que la observaba.
—Vine a traerte mi justificante. Se supone que tengo que entregartelo a ti y a los otros maestros a lo largo de la semana. Es para el viernes. No vendré a clases ese día y quería saber si podría tomar el examen de literatura el lunes—. Vio cómo Camila le extendía un papelito, en el que se supone ella debía de firmar para que quedara constancia de que la castaña no tenía falta y además podía presentar el examen otro día. Lo que no entendía era porqué Camila iba a faltar ese día. Por algo les habían avisado a todos los alumnos que el miércoles iniciaban los exámenes, osea, hoy, y duraban hasta el martes de la semana siguiente.
—Puedes. Al menos yo no tengo problema en ponértelo otro día, pero tendrás que quedarte un rato más el lunes entonces y hacerlo después de clases—. Empezó a sacar sus cosas de su bolso y a acomodarlas en su escritorio, como un obvio intento de no fijar su vista más de lo necesario en la preciosa chica por un lado suyo. Llevaba semanas enteras intentando que su lado irracional he impulsivo no le ganara la batalla al racional, como para rendirse ahora y lanzarse a besar a Camila como tanto quería hacerlo.
Por otro lado, no pudo evitar mirarla de reojo, y al darse cuenta de su expresión contrariada, que sólo duró un instante, supo que algo más estaba pasando por la mente de la morena. Algo que se imaginaba y debía admitirlo, quería, pero no se animaría a hacer.
—¿Tengo que quedarme...contigo el lunes una hora extra?, ¿Solas?—Alzó una ceja y se cruzó de brazos, y decidió hacer uso de su mejor tono de autoridad, aunque la verdad es que ella también dudaba de su cordura si la dejaban sola con Camila. Nunca la obligaría a nada, jamás, pero se moría por besarla aunque fuera una vez más. Probar sus labios de nuevo. Al caño el sexo. Sólo con besarla estaría en el séptimo cielo.
—Sí, señorita Cabello. ¿Algún problema?—Quizás fue su imaginación, porque en serio creyó ver cómo Camila contenía la respiración y tragaba en seco, además de que se formaba un ligero rubor en sus mejillas.
Lauren sabía perfectamente lo que Camila se estaba imaginando incluso sin preguntárselo. Tampoco tenía la capacidad de leer mentes. Lo sabía porque era justo lo que más deseaba también.
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Bésame o di "basta" (Camren G!P)
FanficLa profesora Lauren Jauregui tiene su vida perfectamente planeada. Sabía lo que iba a estudiar, a lo que se iba a dedicar, creía conocer a la perfección a la mujer con la que se iba a casar, y ya tenía en mente el nombre de su primer hijo, tanto si...