Capítulo 2

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P.O.V Lauren

El maldito celular no dejaba de sonar, y de no ser porque amaba tanto al condenado, lo habría arrojado contra la pared como si de su despertador se tratara. Aún medio dormida, alargó la mano sólo para buscarlo en su mesita de noche, hasta que recordó que no estaba en su casa. Se levantó de golpe y arrojó las sábanas, pero de inmediato se arrepintió, pues un horrible mareo la hizo volver a recostarse mientras masajeaba su cabeza y sentía que las náuseas la atacaban. ¿Qué había pasado exactamente? No, más importante que eso, ¿Dónde rayos se encontraba?

—Guau, veo que ya despertaste. Buenos días. Te traía justamente esto. Supuse que ibas a necesitarlo—. Cuando Lauren vio a la castaña dejando una pastilla por un lado suyo y un vaso con agua, los recuerdos de la noche anterior comenzaron a golpear su mente. Oh. Santo. Dios.

"Me acosté con una chica virgen."

Bueno, no era que debiera avergonzarse o algo así. Es decir, no es como que hubiera obligado a Camila a hacerlo con ella. Aún así, no podía evitar sentirse algo culpable. Estaba borracha en ese momento y tenía miedo cuando recordaba cómo se había rozado contra la latina o la manera en que se la había comido a besos en el ascensor. Anoche no reparó mucho en ello, pero ahora que lo pensaba, ¿No habría asustado a la otra chica con todo eso?, ¿Habría actuado muy intensa?

—¿Lauren?, ¿Todo bien?

—¿Mmm?—No fue hasta escuchar la pregunta de Camila que se dio cuenta de que esta se había quedado parada en medio de la habitación observandola con una expresión de duda en su rostro—. ¿Qué? Oh, sí. Todo bien. ¿Por qué no lo estaría?

—Te quedaste totalmente callada. ¿Segura que no te sientes muy mal? Creo que anoche me habías dicho algo de haber bebido mucho tequila. Afortunadamente siempre tengo pastillas para el dolor de cabeza en caso de emergencia.—La preocupación de la castaña por ella provocó que le diera ternura a Lauren, por lo que se levantó y la atrajo hacia sí para dejar un beso en su mejilla.

—Hey, tranquila. En serio no me siento tan mal. He estado peor, créeme. Con la pastilla estoy segura de que se me pasa.

—Umm, de...de acuerdo…

Ella no tardó en notar el rubor en las mejillas de la otra chica, pero no entendió porqué era hasta que bajó su mirada y reparó en que estaba totalmente desnuda, y como acababa de despertar, su miembro tenía su típica erección mañanera.

—Ay, cielos, ¡Lo siento! No quería incomodarte. Me vestiré ahora mismo—. Se separó de Camila para buscar su ropa, que en ese momento estaba regada por todas partes en la habitación. Lo único que no encontraba era su bóxer. ¿Pues dónde lo habría dejado? En ese momento maldijo el hecho de haber arrojado todo como dios le dio a entender.

Intentó subir su pantalón así, sin boxer, pero por los nervios a la hora de subir su cierre casi se corta a su pobre lolito. No pudo evitar pegar un chillido de dolor y cubrir esa zona con sus manos.

—Lauren, cálmate. No me incomodas, en serio. Sólo…ayer estaba oscuro. No te vi mucho si soy sincera. Por eso me sorprendí, pero en serio, cálmate—. Las suaves y pequeñas manos de Camila fueron hasta su zona adolorida y empezaron a masajearla. Suponía que la castaña sólo quería ayudarla a aliviar el dolor, pero…le estaban provocando otro tipo de efectos también, efectos que se vieron reflejados en que ella soltara un gemido cuando los dedos de la latina rozaron su punta y su miembro, que ya no estaba erecto por el dolor, volviera a ponerse ligeramente duro.

—Cam…Camila.…no…no hagas eso…

—¿Por qué no?

Al principio, Lauren creyó que la morena sólo estaba jugando con ella, pero al abrir sus ojos y ver que la observaba con inocencia, como si en serio no supiera todo lo que le provocaba con esas simples caricias, tuvo que morder su labio para evitar lanzarse a besarla, estampar su perfecto trasero contra la pared y volver a hacérselo igual que la noche anterior.

Bésame o di "basta" (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora