Capítulo 6

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P.O.V Lauren

Cuando dejó ir a Camila, se arrepintió profundamente. Se sentía demasiado frustrada con lo que había pasado apenas hace unas horas, y es que lo que creía iba a ser una apasionada sesión de sexo con la latina, se había convertido en un verdadero desastre.

Aún recordaba cada expresión de Camila con claridad, y es que definitivamente no podía haberlo arruinado de peor forma.

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Hace 5 horas atrás

Cuando la castaña empezó a mover su cadera suavemente, dio un gruñido y colocó sus manos en la cintura de Camila para ayudarla a moverse más rápido. Estaba atenta a su rostro por si hacía alguna mueca de dolor. Sabía que aún no estaría acostumbrada por completo al tamaño de su miembro y no quería lastimarla yendo rápido o muy fuerte.

—Dios…Lauren…—La latina daba pequeños gemidos y suspiros, además de un gritito ahogado cada vez que bajaba su cadera y su pene entraba de nuevo en ella. Tenía los ojos cerrados y la respiración agitada—. Eres…muy…

—¿Muy?…—La morena simplemente pareció morderse la lengua, y vio cómo sus mejillas se ponían rojas así que la tomó como señal de que estaba a punto de decirle algo que le daba pena—. ¿Me vas a dejar con la curiosidad de lo que ibas a decir Camz?

Camila ya no le contestó, pero finalmente abrió sus ojos, aunque sólo para abrazarla y esconderse en su cuello sin dejar de mover su cadera. Tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad para no soltar un "joder", ya que en esa posición la intimidad de la castaña apretaba mucho más su miembro.

—Nada…ya…ya no importa…—Quería pedirle que parara, que no se siguiera moviendo así porque se sentía condenadamente bien y no sabía cuánto iba a poder aguantar. No quería parecer precoz o algo así. Mucho menos con Camila. Quería alcanzar a darle también placer.

—Camila…yo...así no me gusta…—De acuerdo, eso era mentira. El problema era que le gustaba, y demasiado. Era peligroso que Camila la montara. Mucho.

—Ah…¿N…No?, ¿Entonces…me enseñas cómo te gusta?—Giró su cabeza para ver a la castaña observandola con un claro rubor en sus mejillas. ¿Aún le daría vergüenza decirle ese tipo de cosas? Suponía que sí.

—¿Quieres que te enseñe? Hay otra posición, pero…es algo…—¿Cómo iba a decirlo? Bueno, si estar así le daba pena a la latina con la otra posición de la que hablaba seguramente le daría aún más vergüenza.

—Quiero que me enseñes Lauren, por favor. Yo…no sé de esto, pero...quiero hacerte sentir bien, tan bien como tú me haces sentir a mí—. Ya lo hacía, en serio, pero no podía decirle eso porque entonces suponía que no querría dejar de montarla, y ahí sí que no podría evitar terminar demasiado pronto.

—De acuerdo, pero necesito que me ayudes.

—¿Que…Que te ayude?, ¿Cómo?—No le contestó, pero la cargó por las piernas sin salir de su interior, y la llevó hasta su habitación.

Apartó un par de cosas que tenía de un manotazo, como algunas pocas prendas de ropa y demás. Recostó a Camila en la cama y llenó de besos sus mejillas, su cuello y sus pechos. Se detuvo en sus pezones, para succionarlos y darles pequeños chupetones, a lo que vio cómo Camila volvía a cerrar sus ojos y daba varios gemidos. Una de sus manos se aferró a su pelo, así que lo tomó como señal de que la castaña no quería que dejara de darle atención a esa zona, pero tenía que si quería continuar con lo que seguía.

—Camila, voy a salir de ti, y cuando lo haga, necesito que te pongas boca abajo—. La latina abrió sus ojos y observó con confusión. Sí, sabía que probablemente estaría más que perdida en todo eso, pero tenía una buena razón para darle esas instrucciones.

Bésame o di "basta" (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora