¿Existe el destino?
Ella no lo sabía, nunca se había tomado el tiempo para preguntárselo. Nunca tuvo motivos para cuestionárselo.
Entonces... ¿por qué hacerlo ahora?
Era una pregunta fácil de responder, todo por un hombre, todo por un conejo.
Aquel que hacía latir con fuerza su corazón, que le alegraba el día con una sonrisa, que calentaba su pecho con una palabra, si, aquel que miraba todos los días.
"Eina"
Lo conoció por casualidad, en un día normal para ella, nada era diferente de lo habitual, salvo la apariencia de ese chico de corazón puro y rostro de muñeca.
"Eina"
Era realmente una casualidad que se conocieran, que de entre todas las recepcionistas del gremio, ella fuera la que se encargara de él, precisamente ella era la que tuvo que encargarse del chico. Ella fue la que lo vio crecer todos los días.
"Eina"
Por eso no pudo evitar pensar en el destino, ¿habrá puesto sus manos en su encuentro? ¿Los dioses ese día estaban contentos con ella y le permitieron conocerlo?
"¡Eina! ¿Estás bien?" Un grito la saco de sus pensamientos, dio un pequeño salto sobresaltada mientras sus ojos esmeralda miraban en dirección de quien grito su nombre.
Allí la vio, una cabellera blanca, una que le era familiar, una que nunca podría olvidar.
"Ah, sí, estoy bien Bell" Respondió la semielfa de manera avergonzada, ¿Cómo podía permitir que sus pensamientos divaguen mientras estaba en el trabajo?
Podo ver como los ojos rubí del albino mostraban preocupación en ellos, supuso que estaba preocupado por ella, después de todo, no estaba actuando como de costumbre.
Pero... ¿Cómo quería que actuara normalmente ahora que había descubierto sus sentimientos por aquel que consideraba un hermano pequeño?
"¿Estas segura? Te veo algo perdida, nunca sueles estar así" El tono preocupado del chico la hizo sentirse caída por dentro, una sonrisa se abrió paso entre sus labios. "Sabes que puedes contar conmigo en lo que sea"
Ah, ella lo sabía, estaba segura de que si alguna vez estaba en problemas, este chico, no, este hombre saltaría incluso al infierno para salvarla. Pero es porque sabía eso que no podía actuar como siempre.
"No es nada Bell, solo estoy algo cansada" dijo la semielfa manteniendo la pequeña sonrisa en sus labios mientras sus ojos verdes como la esmeralda le daban una mirada tranquilizadora al albino.
La pequeña sonrisa en su rostro parecía haber tranquilizado al chico, ¿o tal vez fue la suave mirada que le dio? No lo sabía y no era importante.
"¿En que estábamos Bell?" Pregunto la semielfa con vergüenza, un ligero sonrojo en sus mejillas, no era propio de una recepcionista dejar de prestar atención en medio de una conversación, más aun cuando se trataba de una recepcionista del gremio de aventureros, su trabajo era escuchar a los aventureros y ayudarlos a que sobrevivieran en la mazmorra.
¿Cómo podía perderse en sus pensamientos en medio de una conversación que podría ayudar a sobrevivir al albino? Ella tendría mucho tiempo para pensar luego de esto.
Recibió una sonrisa tranquilizadora del albino, que le decía que no estaba molesto por que no siguiera el hilo de la conversación.
"Te preguntaba acerca de las expediciones de las familias, y que cosas podrían servirme cuando baje a la ciudad del agua ¿así se les conoce a los pisos 25 y 27 no?"
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One-shots: Romance en la Mazmorra
FanfictionOne-shots de Bell y las mujeres que lo aman, cada capítulo traerá con sigo el romance de una mujer con el conejo de ojos rojos y pelo blanco que tanto conocemos. Nota: la imagen de la portada no es mía, derechos de autor a su respectivo creador. Pd:...