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A Ichigo toda su vida su padre le contó historias. Vivir en un puerto abría muchas puertas a historias de la pesca y la vida marítima, e Ichigo siempre disfrutó de escuchar a su padre, aunque le parecía que era un loco.
Sobretodo después de que le dijo que su madre era una sirena.
Eso era ridículo. Su madre era muy hermosa, tan hermosa como para que fuera comparada con una criatura mitológica, pero desde muy chico fue consciente de que criaturas como los unicornios, las brujas y las sirenas no existían, que eran parte de las leyendas de la antigüedad, en dónde la ignorancia era algo que fomentaba esa clase de cosas.
La primera vez sí le creyó un poco, sobretodo porque cuando le preguntó a su madre ella tan sólo sonrió como si estuviera preguntando algo demasiado obvio.
—Claro que no tontito— dijo mientras le pellizcó suavemente la nariz. A pesar de la actitud sospechosa de su madre, Ichigo se dejó guiar por la lógica y dejó de creer.
Pero su padre insistía en esa historia.
—Tu madre era última, sólo la pude salvar a ella— dijo después del funeral, mientras que Yuzu y Karin dormían, cansadas de tanto llorar después de la inesperada muerte de su madre—. Fue un genocidio.
E Ichigo aún así no creía, prefería pensar que su padre estaba un poco loco y le mintió cuando le preguntó porque le gustaba tanto que su madre le cantará. Hasta que en una borrachera con sus amigos, justo en el momento en el que se alejó de todos para tomarse la botella en completa soledad, se encontró en la bahía lo inimaginable.
Sus grandes ojos le observaban con curiosidad, como si nunca hubiese visto a alguien como él. Y más allá de eso Ichigo sabía que no había algo normal en esos ojos, eran una mezcla entre el violeta y el cobalto, y casi casi podría jurar que había un destello dorado en ellos. Era como ver estrellas en ellos, y su cabello era como la más negra de las noches y largo, sin nudos y con un brillo inusual. Era como ver a una muñequita.
Debía estar demasiado borracho, porque aunque sus ojos eran inusuales, y su belleza era totalmente sobrenatural, la cola de pez definitivamente era fuera de lo común.
Tampoco las garras en vez de los dedos, ni las escamas que estaban por aquí y por allá en su cuerpo, ni tampoco el poco pudor que tenía frente a él.
Se sonrojó intensamente, avergonzado de ver sus pechos, pequeños y turgentes, al descubierto.
—Hijo de hombre— su voz era algo profunda, pero no dejaba de tener algo de especial y magnético—, ¿está bien si canto para ti?
Le tocó el flequillo, sus manos estaban frías, pero se sentían bien contra su piel que parecía contener un fuego salvaje. Asintió, sin estar muy seguro de por qué había accedido sin chistar, según las leyendas su canto sería mortal. Pero su sonrisa le hizo pensar lo contrario. Tenía muchas preguntas que hacerle ¿su madre en serio fue una sirena? Quizás el viejo no estaba tan loco ¿Él era un tritón? Eso explicaba porque le gustaba tanto nadar y en la casa nunca se comía pescado ¿Por eso podía entenderla? Porque esa no era la lengua materna de Ichigo, ni siquiera se parecía a ninguna clase de idioma ¿Ella era la última? Debería de sentirse sola para salir del agua ¿De verdad hubo un genocidio? De ser así era una sobreviviente, y probablemente no le gustaba hablar de eso, pero sobre todo se preguntaba: ¿eran los últimos?
Pero se quedó callado, mudo ante su belleza y el cariño con el que le veía, como si hubiera encontrado en la tierra algo que jamás hubiera podido encontrar en las profundidades del océano.
E Ichigo se dejó perder en su melodiosa voz, que le hablaba de amor, de la eternidad y del destino antes de que sus labios se unieran.
Por si no quieren leer y prefieren escuchar tengo un canal, link en mi perfil.
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Sirena [FINALIZADO]
FanfictionPor: DreamedSilverWings Un día despues de tomar un poco ichigo descubrirá que las historias que su padre le contaba cuando el era pequeño no eran del todo falsas.