Capítulo 9

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Sin pensarlo mucho Sofia subió a aquella roca intentando ver si Adrián había corrido con la misma suerte, no se veía nada raro, con temblores y ayudada por Luis bajó de allí.

—No pude ver nada— se limpiaba torpemente las lágrimas que inundaban su cara.

—Debemos irnos de aquí, ni siquiera es necesario volver a las cabañas, quien haya sido debe estar esperándonos allá.— propuso Luis agarrándole las manos a María quien parecía no reaccionar aún.

—¿Estás drogado? más fácil nos terminan de matar a to' ante' de llegar si quiera al camino, Dios ¡Ni sabemo' cuanto' son!— Explotó Sofia sentándose sobre sus rodillas.

—¡Vamos a morir!— Maria volvió en si —Nos van a matar y es mi culpa, chicos lo siento... vamos a morir y es mi fucking culpa.

—No, no es tu culpa— Sofia se puso de pie y la abrazó.

—¡Si lo es!— gritó separándose de esta bruscamente. —Yo los traje aquí, se supone iban a se' las mejore' vacacione' de nuestras vidas, algo inolvidable y ahora Vero, Antony y Adrián están muertos— se desmoronó en los brazos de Luis quien la sostenía para que no cayera.

—Yo caminaré un poco rio abajo, veré si algo atajó el cuerpo de él— Sofia se dispuso a irse.

—¿¡Qué mierda, Sofia!?— Luis la detuvo violentamente sentándola al lado de María —¿Es que no ves películas, estúpida? el que se separa se muere.

—¿Y que pretendes que haga?— Gritó quitándole las manos que la mantenían sujeta por los hombros. —¡Vamos a morir! nos van a matar como tre' maldito' perro', Luis. Juntos, separados, como sea. O ¿Qué tu cree'? ¿Qué alguien va a venir? no hay ni siquiera puta señal en e'te monte, sabrá Dios a cuantos malditos kilómetros 'tamos de la civilización, ante' de hacer cualquier cosa no' van a matar, estamos jodidos.

—Yo la apoyo— María se puso de pie —Si por lo meno' con suerte encontramo' a Adrián bien vamos a ser cuatro y es mejor, mas gente, no se, mayor oportunidad de que no no' maten.

—Yo digo que e'to es un plan suicida— intervino Luis molesto.

Comenzaron a caminar a orilla del rio sin decir una palabra, no dejaban de mirar a sus alrededores en busca de cualquier movimiento o ruido sospechoso de lo que sea. Por  cada sonido aunque sea del aire se alteraban, estaban paranoicos, el corazón en cualquier momento se les saldría del pecho, intentaban parecer calmados y fuertes pero por dentro sus órganos estaban apretujados de la presión.

Por lo nublado que estaba el sol se estaba ocultando mas rápido, no les quedaba ni una hora de luz , lamentablemente no habían encontrado nada y el camino a orillas del rio desapareció convirtiéndose en una subida . Después de unos minutos discutiendo decidieron meterse en el agua aunque sea unos metros más para ver si tenían suerte con unas rocas que estaban a unos metros adelante.

Por lo menos allí el agua no estaba profunda, solo les llegaba hasta un poco mas de las rodillas, lo malo era el clima, comenzaron a caer gotas de lluvia que anunciaban  un aguacero aproximarse, se apresuraron a las rocas y la lluvia aumentó, Luis se quejaba diciendo que deberían devolverse, pero las chicas no desistieron, finalmente llegaron a las rocas, el agua se hizo mas profunda allí, ya les daba por sus estómagos e iba en aumento.

—Fue una pérdida de tiempo como se los dije pero no me hicieron caso.

La lluvia caía y no había forma de salir del rio pues ya este no tenia orilla, tenían que devolverse si querían salir por donde mismo llegaron,  o en su defecto seguir bajando por el rio hasta encontrar una forma de subir.

Ya se habían dispuesto a regresar cuando el sonido del agua agitada los hizo girarse.

—¡Sofia!— Luis detuvo a María quien al ver a su amiga lanzarse al agua intentó correr para detenerla.

Sofia se había ido dando brazadas para acelerar su paso, en un momento dejó de sentir el fondo bajo sus pies pero siguió aún sin saber nadar, no iba a dejar ahí lo que vio, su instinto de  supervivencia la hizo llegar al destino y después de mucho esfuerzo físico empleado, encontró por lo que había ido agitándolo en sus manos para que sus amigos lo vieran.

—¿Qué es?— Gritaron al mismo tiempo.

—¡Es la gorra de Adrián!— les respondió regresándose, dentro tenía una pizca de esperanza de que este siguiera vivo y eso la hizo encontrar fuerza para devolverse.

El agua estaba un poco agitada ya que la lluvia no cesaba, los truenos adornaban el cielo y la escases de sol hacia que la escena se viera y sintiera peor. Sofia no se pudo mantener mucho a flote y la corriente empezó a arrástrala hundiéndola, intentaba subir pero sus esfuerzos eran en vano, no podía, al sentir la superficie trató de dar una bocanada de aire pero no funcionó en cambio tragó demasiada agua , ya sin casi aire comenzó a patalear con fuerza luchando por su vida hasta que sintió un tirón fuerte de su cabello y segundos después el preciado aire.

—Debí dejarte morir— María le saltó casi encima cundo Luis la bajó, Sofia tosía a la vez que respiraba rápidamente.

—Encontré la gorra de Adrián— dijo casi llorando cuando encontró por fin su voz.

—¿Y?

—¡Que puede estar vivo, que no ves!

—Pero que idiota, si los muertos son Verónica y Antony ¿Qué hace la jodida gorra de Adrián a kilómetros de ahí? ese también está muerto solo que la corriente se lo llevó mas abajo, la gorra simplemente se le quitó— gritó exasperado afligiéndolas.

Aceleraron sus pasos, todo estaba oscuro excepto por lo que iluminaban los truenos, para su suerte había dejado de llover y la luna tenia un escaso brillo que se veía cubierto de vez en vez por las nubes. Aceleraron el paso tanto como pudieron, estaba titiritando del frio y ellos mojados y dentro del agua no ayudaba, después de 30 minutos vieron de nuevo la orilla del rio, estaban exhaustos, pero la adrenalina en sus cuerpos ocasionada por el miedo no los había dejado rendirse.

—Deberíamos dejar el camino y atravesar por aquí— propuso Sofia deteniendo la caminata.

—¿Eres estúpida o te haces?— la interrumpió Luis.

—Ya me tienes jarta mamaguebo, el estúpido ere' tu porque ¿Para qué vamo' a seguir el dichoso "camino seguro" sin saber si ahí nos esperan?— explotó Sofia furiosa, se alejó sin esperar a que se decidieran. Para ese punto estaban mas muertos que vivos no importa lo que hicieran. Ella solo deseaba en silencio que por lo menos su final no fuera doloroso. Limpiándose las lagrimas vio de reojo que ambos la seguían.

(...)

Tiempo después, el cual sintieron como una eternidad vislumbraron las luces de una de las cabañas haciéndolos retroceder y esconderse temerosos detrás de un árbol sin saber que hacer. No tenían un plan, realmente ni pensaron lo que harían al llegar, eran un montón de posibilidades las que tenían por delante y en ninguna les iba bien. También, era muy probable que quien haya matado a sus compañeros estuviera ahí, esperándolos.

Corrieron a él sin pensarlo.

La esperanza y emoción había llenado sus cuerpos luego de verlo vivo y caminando en dirección a las cabañas.

—¡Adrián!— gritó María a este, pero al voltearse todos retrocedieron eliminando las sonrisas que adornaban sus rostros.


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⏰ Última actualización: Mar 02, 2022 ⏰

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