Capítulo 3

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Después del mensaje que envió  y revolucionó el grupo trató de dar la menor información posible, incluso dejó de responder. Según ella el plan estaba marchando a la perfección y no necesitaba al grupo de sus entrometidos  amigos dando su opinión o preguntando para hacerla dudar.

Ya todo estaba arreglado, Sofía había convencido a su madre que iría de vacaciones a la casa de su papá, sus padres estaban separados y su comunicación era mínima por lo que la madre aceptó sin mucho cuestionamiento, para que el plan no termine mal también le dijo a su padre que iría pero la semana después del viaje, todo estaba marchando tan a la perfección que empezó a asustarla, sólo faltaba un día para marcharse y ella estaba esperando que lo peor pasara, estaba tan decidida a hacerlo que ese mismo día había comprado el boleto del bus por internet.

—Sofía ven acá— Martha, su madre, la llamaba desde la cocina, al escuchar la voz reclamante se le formó un nudo en el estómago y empezó a temblar ligeramente a medida que se acercaba.    —¿Ya le avisaste a tu papá para que te pase a recoger? 

—Si, obvio, desde anoche— respondió intentando sonar calmada.

—¿Y ya arreglaste la maleta? 

—Si mami, ya hice to', sólo 'toy esperando mañana y ya para entrar cualquier otra cosa que me llegue a la mente — Sofía rogaba para que su mamá deje de preguntar cosas pues sabía que  podía soltar la lengua en cualquier momento.

—Ok, yo mañana te llevo a la parada de las guaguas, y escríbele de nuevo para que no se le olvide que tiene que recogerte, tu sabe' como es el— Sofía abrió los ojos con sorpresa, eso iba a arruinar un poco su plan, la parada pra ir a donde su padre quedaba en dirección contraria al lugar donde ella y sus amigos debían reunirse. Necesitaba avisarle a los chicos urgentemente el cambio de planes.

—Si a todo señora mamá—  salió de la cocina,  necesitaba ideas de cómo salir de eso, su madre no podía llevarla o se iba a quedar sin ir al viaje después de todo lo que había pasado.

— Aló ... ¿Qué tú quiere'? me desperta'te — María sonaba adormilada.

—¿Te de'perté? pero si ahora es que son las 10 María, además es una emergencia, ni que a mi me gustara andar llamando gente.

—No me digas que te descubrieron, plis— contestó con súplica en su voz.

—No... pero mami me quiere lleva' mañana a la parada de la guagua y tú sabes que esa ruta es contraria a la que vamos, ahora no sé que verga hacer, por qué si le digo que no me lleve ella va a empezar a sospechar y estoy full nerviosa— Sofía habló más rápido de lo que normalmente hablaba, en realidad estaba nerviosa.

—Sofía carajo tú no puedes hacer eso... Loca piensa en algo, yo pagué por una persona extra ayer, si tú no llegas se pierde ese dinero— habló cansada al otro lado de la línea, se notaba que estaba acostada.

—¿Y tú cree' que yo no lo sé? por eso te llamé, para que me ayudes, no para que me reclames estúpida.

—Escúchame, tu mamá se va a trabajar a las 8 y los boletos son para las 10 por lo qué hay que estar allá a las 9:30 a más tardar, seguramente tú mamá con lo loca que es va a esperar hasta que te subas para irse— María tenía un punto y era que su madre quería controlarlo todo, nada se le pasaba por alto y en ese momento Sofía estaba en un debate mental de si debía renunciar al viaje e irse para donde su padre.

—No entendí nada... ¿me estás diciendo que me vaya para donde mi papá?

—Es que tú no te callas la bocaza esa... Si no me dejas terminar no vas a entender, no vas  irte para donde tu papá bruta, te vas a montar en la guagua, en esa ruta se unen la vía principal y la que sale, es ahí donde te vas a quedar, luego le vas a dar para atrás en la vía principal y llegarás a nuestra parada antes de las 10 y listo— respondió con simplicidad como si lo que había dicho era tan fácil como sonaba.

—¡Estás loca! no entendí ni mierda, lo mejor que puedo hacer es salir de la guagua antes de que arranque y tomar un Uber hasta la parada, eso sería más fácil que todo los disparates que me dijiste y llegaría más temprano.

—¿Entonce' pa' qué mierda tú me llama' si ya lo tenías to' resuelto estúpida ? me espantaste el sueño, ojalá no puedas dormir tampoco— cerró la llamada y Sofía salió del baño despacio para no hacer ningún ruido.

—¿Quién era?— sólo esa pregunta hizo que se enfriara— debía ser una llamada muy importante para meterte en el baño a las 11 de la noche a hablar por teléfono— Martha la esperaba de pie frente al baño.

—Era María mami y ahora es que son la 10:30— contestó intentando sonar despreocupada —y no me metí en el baño pa' contestar, ya yo 'taba en el baño ante' de que ella llamara.

—Dile a María que a las casas es prudente llamar antes de las nueve de la noche, que no sea impertinente y respete... y tu no me vuelvas a entrar para el baño con el celular— Sofía sólo asintió y se fue a su habitación,  no quería iniciar una discusión con su madre, no dejaría que algo dañara sus planes un día antes.

(...)

A la mañana siguiente ya Sofía estaba lista a las 7:30 de la mañana.

—¡Sofía sal!— Martha la esperaba en la puerta.

Esta salió y empezaron su trayecto en un silencio incómodo, al llegar a la parada tal como lo había dicho María la señora esperó hasta que se sentara dentro de la guagua para marcharse, no sin antes preguntarle al conductor en cuanto tiempo saldrían. Sofía le tomó el tiempo y 15 minutos después salió sigilosamente para que nadie le preguntara a donde iba.

—Mija, tráeme una botella de agua por favor— se giró al sentir el toque de alguien, una señora un tanto mayor era la responsable de detenerla, esta sólo le sonrió y salió.

Hacía más de 5 minutos había pedido un Uber, al salir ya estaba ahí así que se montó y se a la otra parada, agradeció en sus adentros que el chofer no intentó entablar ninguna conversación.

Tenía más de 30 minutos esperando a los chicos y no había ni rastro de ellos, para colmo ninguno tenía internet "se compusieron" pensó, ya eran las 9:20 y nadie le respondía los mensajes, tenía miedo de haberse equivocado de parada, los nervios le aumentaban con cada segundo que pasaba, ni respirar bien podía por la presión que sentía en el pecho, ya estaba cansada de esperar así que se puso de pie y comenzó a caminar a la salida dispuesta a regresarse.

—¡Sofía! — esta miró atrás y se encontró a todos los chicos haciéndole señas y caminando hacia ella. 

—Ya me iba. Dios, pasé los peores 35 minutos de mi vida, creía que me había equivocado de parada.

—¡Que pendeja!— exclamó María riendo.

—Lo qué pasó fue que decidimos venir todos en el mismo taxi para que no tengan la excusa de que se retrasaron— le explicó Luis tomando su maleta y dirigiéndose al autobús que había llegado, todos le imitaron y subieron.

—Este es un viaje que no olvidaremos amigos.— dijo Verónica entusiasmada.

—Eso tenlo por seguro— respondió Sofía nerviosa y el autobús inició su marcha.

La Ciguapa 🔹 (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora