Alagos al Jefe

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Tony Stark era una simple secretaría en una compañía de publicidad muy prestigiosa. Era la segunda secretaria de su jefe, quien trataba a todos con equidad y profesionalismo...bueno, de vez en cuando, se permitía ser un cerdo decente al llevar a sus amantes a tener un "buen momento" en su oficina. Cosa que a Tony le disgustaba, pues estaba perdidamente enamorada de su jefe. Sin embargo siempre fue cohibida, discreta y bastante respetuosa, sabía que si Joseph Rogers, padre de Steve, se daba cuenta de cuantas zorras baratas se le acercaban a su jefe y quienes eran, las iba a despedir a todas.

Por supuesto Tony no quería que eso sucediera. Necesitaba el empleo para poder cuidar a su padre enfermo, y pagar sus medicinas entre otras cosas básicas como llevar el pan a casa y pagar las cuentas de esta.

Su Madre murió en un accidente cuando Tony era muy pequeña, solo le quedó su padre, Howard, quien enfermó tiempo después, un pequeño fallo en el corazón, el cual si no se trataba, su padre podría morir. Dos de sus mejores amigos, El doctor Bruce Banner y Doctora Genetista Hellen Cho le ayudaron con ese caso, gracias a ello, los problemas de salud de Howard se reducieron, sin embargo tenía que seguir tomando un tratamiento para el buen termino de su salud, el cual no se pagaba solo. Así que ahí estaba Tony, dándolo todo por su padre.

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Tony bostezó en señal de cansancio, otro largo día de trabajo, pero todo valía la pena, ademas, la paga era buena y los horarios de trabajo no eran tan extensos, agradecía su trabajo.

Apagó su monitor ordenando los papeles que debía revisar y entregar a su jefe en unos minutos antes de irse. Eran las 8 de la noche, y a pesar de ser temprano, no había casi gente en el gran edificio de la empresa Rogers debido a que hace una hora había sido el horario se salida.

Sonrió satisfecha al ver su trabajo bien hecho de los balances y diagnósticos de la empresa requeridos por su jefe hace unas horas. Tomó su bolso y salió de su cubículo para tomar el ascensor e ir a la oficina de su jefe para entregarle lo pedido y por fin irse a casa a descansar y cuidar de su amado padre.

Sus medianos tacones negros resonaron en el fino marmol del edificio en un paso elegante como solo Tony sabia darlo. Al llegar a la Empire State de presidencia vio a Sharon Carter salir de la oficina de su jefe con la ropa un poco desarreglada, Tony miro hacia otro lado disimulando su mueca de asco, Carter solo la miró de arriba a abajo dandole una sonrisa burlona. Ja, Carter pensaba que su jefe la quería para mas que un rapidin casual, hasta incluso la ha descubierto ojeando una revista de remodelaciónes de espacios, y siempre la encontraba con su compinche, Jane Foster, otra barata que se le ofrecía pero a uno de los inversionistas y mejores amigos de Steve, Thor Odinson, con el mismo propósito, las escuchaba hablando y criticando la decoración costosa y exclusiva del edifio, diciendo cosas como, "cuando me case con Steve cambiaré ese horrible tapiz que hay en su oficina, lo cambiaré todo cuando sea la dueña y señora". No contanba que Steve ni siquiera recordaba su nombre o por qué la había contratado.

- Pobre Estúpida.- dijo bajito Tony mientras acomodaba de manera presentable y decente el escote de su vestido serio color negro y tocaba la puerta. De inmediato escuchó un "adelante" y abrió la puerta.

- buenas noches Señor. antes de irme vengo a entregarle lo que usted me pidió hace unas horas.

- Buenas noches, Tony. Perfecto.- comentó Steve dando una ojeada rápida a los informes, cuando terminó cerró la carpeta de carton con una sonrisa satisfecha.- Todo perfecto, rápido, eficiente y muy bien hecho, muy bien como siempre Tony.- Tony asintió sin expresión alguna en su rostro, lo cual, borró la sonrisa de Steve, sacudió la cabeza tomando el folder para llevarlo a su portafolios a un lado suyo.

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