simple o perversa?

Capítulo 15 Leah

-Perfecto entonces me gustará, no soy amante a la carne animal. -Digo traviesamente a lo que él sonríe.

- Ah sí! Y ¿qué tipo de carne te gusta Leah?

-La que se puede tocar, saborear, lamer, chupar.- Digo pasando la lengua por mis labios. Lo noto como centellean sus ojos.

-Ummmm! -Es su única respuesta.

- ¿Sabes lo mejor de esa carne Luck? –No esperé que respondiera. – No se consume, aunque sea muy suave, sabrosa y apetecible.

-Eres consciente de lo que estás haciendo Leah? Recuerdas que tenemos que volver al trabajo. ¿Cierto que lo recuerdas? - No me está reclamando, está que arde, puedo notar como se remueve en la silla.

-Pues claro que si Luck, estamos platicando de gustos, antes de que llegue la comida. Le digo mordiéndome el labio.

-Exacto, a mí también me gusta la carne, que se puede tocar, saborear, lamer, chupar, que no se consuma en mi boca pero que cree adicción, que sea suave, sabrosa y apetecible. -Guiñándome un ojo y sonriendo.

Yo siento arder, no sé si después de este momento mis bragas puedan servir, estoy bullendo, solo de anticipación.

-Prueba esto Leah. Me tiende un bocado de pescado que no vi cuando llegó, abro la boca y lo tomo despacio como queriendo demostrarle algo, lo saboreo, suelto un suspiro orgásmico. –Me fascina.

- ¿Qué te fascina? -Le pregunto algo dudosa, pero sin dejar lo juguetona.

-Ver como lo saboreas, es idílico y fantasioso.

El almuerzo pasó entre coqueteos de parte de los dos. Ya en el auto, no retornamos al camino de la tienda, sino que avanzamos más allá de donde estábamos, hasta llegar a una casa enorme y lujosa desde fuera, miro a Luck sorprendida.

-Mira qué hora es. - Lo insto algo preocupada. –Nos amonestaran al llegar.

-Yo te puedo amonestar, soy el de recursos humanos. -Me guiña el ojo nuevamente. Me sonrojo una vez más, si es que logre calmar el anterior.

-Bien, ¿Qué hacemos aquí? -Pregunto bajando del coche cuando me abre la puerta.

-Comeremos la carne que nos gusta. -Me mira con ojos centelleantes.

-Oh! -Abrí mi boca y no la cerré hasta sentir sus dedos en mi barbilla.

-Cierra, que me haces pensar en la carne que puede caber en esa hermosa cavidad.

Entramos a la casa, dejé el bolso en la entrada junto a mi chaqueta y el saco de él, me quedé estupefacta con tanto lujo que desborda en esta casa, pisos de cerámica color caoba, brillante, paredes con tapices florales transparentes, muebles de terciopelo rojo, cojines blancos y rojo fuego, alfombra crema sobre esta una mesilla de cristal, en un lado una repisa de cristal ahumado con detalles en oro.

-Leah ven, -me llama Luck con dos copas de vino rosa en las manos, sin zapatos, la camisa sin corbata y los primeros botones abiertos, dejando ver el inicio de su tentador pecho. –Ponte cómoda.

Me siento en el mueble, en me acompaña colocando las copas en la mesilla, toma mis pies y me sobresalto, me quita los zapatos de tacón fino y los deja en el suelo, acomoda los cojines y me pide que me recueste, mientras me pasa una copa y toma la otra dejando mis pies en su regazo. Luego empieza a masajear mis pies.

-Por Dios Luck no, que vergüenza, han de estar sudados.

-No pasa nada Leah, esos zapatos son un instrumento de tortura, relájate, además estoy midiendo la suavidad de tu piel.

Pasamos un agradable rato, el masajeando mis pies y tomando de su copa esporádicamente..

-Luck, como sigas así, juro que me dormiré.

-Ven conmigo. -me toma de la mano y tomamos camino a la escalera con alfombras que simulan un bello arco iris.

Cuando abre una de las puertas del pasillo, veo esta enorme y hermosa habitación igual de lujosa con una super cama adornada por sabanas de lujo blanca de 1800 hilos y almohadones a juego.

Nos adentramos en la misma, soy guiada a otra habitación dentro de esta, es el baño no voy a describir todo lo que hay. pero tiene una bañera de masaje que seduce.

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Bayyyyyy.