Capítulo 21 Patrick

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Varias semanas han pasado desde que no veo a Leah, no contesta mis mensajes y llamadas, en la tienda cuando voy a tomar el pedido no la encuentro, pues ella decidió cambiar su día de descanso y siempre me atiende el encargado de recursos humanos, un tipo todo fortachón y guapo, por que soy consciente de cuando alguien es guapo, aunque no sea chica.

Hacer esa ruta sabiendo que no la veré es como fragmentar mi alma en miles de pedazos, me enamoré de una vez de ella. Es tan bella y sencilla, ese maldito cuerpo que tiene, que hace pecar a cualquier ser viviente, solo de pensar en ella mi amigo dentro del bóxer salta.

Con alma todo marcha bien, siempre hemos mantenido una relación de amistad, y no veo modo de que eso cambie, a salido unas cuantas veces a verse con el chico que le gusta. Sale de casa de sus padres a verse conmigo y luego se desvía, todo planeado por mí, ya que ella no se animaba y la veía desgastándose sin poder verse con él. Ellos se quieren no sé si se amen pues ese es un asunto personal de ellos en el que no tengo nada que ver.

*

El día de hoy he salido temprano del trabajo, la ruta no es muy extensa, por lo que regresar a casa a mediado de la tarde no es mi mejor opción. He decidido pasear un rato por el malecón, ver el mar, golpear en la orilla y el agua como sube por el impacto al golpear las piedras es relajante, y el salitre es bueno para la salud.

Pasado unas horas me voy al parque donde Leah suele pasar por las tardes camino a casa, tal vez la vea y así no pueda evitarme más, es mi esperanza. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, más, la mía muere al llegar al parque y ver como Leah, es abrazada por un hombretón, mismo que reconozco como el de recursos humanos que me atiende en la tienda los días de visita.

<<Joderrrr, que esto me lo he ganado yo,por no decir la verdad desde un principio>>.

Verla tan feliz me llena de placer y tristeza a partes iguales, al no ser yo el causante de dicha felicidad, esta ahí junto a ese sujeto, alimentando a las palomas como si toda la vida lo hubieran hecho.

Mi corazón se deshace metafóricamente dentro de mi cuerpo, se que debo marcharme y no seguirme atormentando, pero mi mente me esta carcomiendo por todo lo que pude evitar, y por temor calle mi bocaza.

Mi vista se empaña, evito llorar, dicen que los hombres no lloran, eso es muy falso, los hombres lloran lo que sucede es que temen que los tilden de débiles, otra falsedad, mostrar tus sentimientos nos es debilidad, es valentía, pocas personas son capaces de dejar entre ver sus sentimientos.

Ya no lo soporto más, algo debo de hacer, esto no puede seguir así, giro la llave en el contacto y piso el acelerador, me marcho de allí a una velocidad indebida por que estoy en las inmediaciones de un parque, pero no me importa. Pierdo noción del tiempo y todo mi entorno, hasta que siento un fuerte chirriar de unas gomas y un vehículo impactar contra algo muy fuerte.

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No me maten, para que sepan el desenlace

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