Capítulo 31 Más 21/2

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Capitulo con alto contenido sexual, puedes pasar sin leer si eres sensible.

// Leah //

Acariciar el cuerpo de Luck es fantástico, esos músculos trabajados, esa fuerza que desprende solo con mirarlo es super delirante, y ahora tocarlo es como si nunca lo había tocado ¡por Dios parezco adolescente hormonal!

Él se deja hacer, es un puto macho, le fascina que lo venere con mi cuerpo, y no me dejo porción de piel sin palpar, está recostado en el respaldo de la cama y yo arriba de él, me encanta estar arriba, beso su oreja, mordisqueo el lóbulo y paso la lengua despacio, beso su cuello, una, dos, tres veces, hacia abajo, arrastro la lengua como recogiendo los besos hacia arriba, lo siento temblar de placer y posar las manos en mi cadera, besa mi hombro a su alcance, y no me detengo en seguir besándolo, acaricio su nuca, y el nacimiento de su cabello, lo halo ligeramente, solo para escucharlo gemir y apretar su agarre en mi cadera.

No hay prenda que nos interrumpa, estamos piel con piel, y siento las ondas eléctricas que desprenden nuestros cuerpos conforme aumenta la lava en nuestro sistema sanguíneo. Esa energía es real, es palpable y lo confirma mi sexo que siente como cada vez cobra vida su miembro dentro de mí, sí, no nos hemos detenido, parecemos animales, y ya mas grande en mi vagina me despega de su cuello, sin salir de mi me recuesta en la cama, y empieza a embestirme, con devoción, va aumentando el ritmo. Se coloca de rodillas en el colchón y levanta mi pierna izquierda hasta su hombro, sus manos en mis senos y un ritmo en aumento.

- ¡Sííííí! -Grito en esa arremetida que me rozó el alma del placer -más, dame más, ¡oh Sííííí!

- ¿Así te gusta? ¡mmm! Caliente, ¿eh? duro ¿ah? y potente ¿sí? me dijiste en el baño, puedo ser más potente si gustas. Dime Leah ¡mmm! ¿te gusta cómo te doy? Toma mi barbilla y desprende fuego en la mirada.

-Más ¡ssssss! ¡ahh! Potente, dame duro -colca un dedo en mi boca y lo succiono como si fuera su verga deliciosa. Me toma de las pantorrillas y sin salir de mi se coloca de pies en el piso, me deja en el borde del colcho, y aumenta el ritmo sin control, solo somo gemidos, jadeos y chillidos, no me importa y a el tampoco parece importarle, al contrario, más grueso lo siento.

Hace círculos con su miembro que esta a mas no poder dentro de mí, ese tronco grueso, hace magia en la entrada de mi vagina, eso movimientos de cadera que realiza son la puta gloria sexual. Baja sus manos despacio por mis piernas sin dejar de embestir, acaricia mi clítoris con círculos, de acuerdo a mis gemidos cambia a un movimiento mas placentero, sale y entra con una fuerza arrolladora, empiezo a sentir los espasmos en el abdomen, mis paredes se contraen, es señal para él, pues me toma la cadera con la mano libre, sigue estimulando mi clítoris por fuera, siento como se forma esa bola orgásmica y va descendiendo hasta explotar en mil fracciones, estoy que solo grito y me retuerzo, el no deja de estimular ahora con mas fuerza mi clítoris, entra y sale de mi con fuerza, nuestros cuerpos tienen un concierto de Pla Pla, cuando chocan

- ¡ahhhhhh!, maldición ¡ahhhhhh! Suelto el caño liquido que atrapa en su boca y vuelve a entrar en mi de un empujon, lo siento apretar cuando su miembro se hincha aún mas, vibra vaciándose dentro de mí, caliente, llenándome, re llenándome.

-Morí -escucho a Luck jadear esa palabra recostándose en mi cuerpo, besa mis senos, acaricia mi rostro, besa mis labios - ¿morimos? -me pregunta entre jadeos tratando de regular su respiración, yo estoy igual.

-N no, no mor morimos -Acaricio su espalda.

Ya más recuperados, tomo su cara en mis manos, indago sobre su pregunta sobre si morimos.

-Acabo de tocar el infierno, con el orgasmo más endiabladamente bueno que he tenido nunca, luego toque la gloria al ver tu rostro brillando como un ángel celestial.

-Pero que cosas mas lindas dices, para mí también ha sido la mejor experiencia sexual que he tenido, te rezo papito, te rezo -digo sonriendo, el me devuelve la sonrisa con un casto beso, como si lo casto cabe después de tal cogida.

- ¡Leah! -sube a la cama aun dentro de mí, es como si temiera que se rompa el hechizo que nos envuelve, me lleva a su pecho y toma mi cara para contemplarme.

-Sí, dime eros -así llama la mitología griega al dios del sexo. Él se carcajea al escuchar ese nombre.

-También te rezo -me besa nuevamente abrazando mi cuerpo.

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Hasta yo te rezo Luck, con placer me ofrezco por Leah.

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