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Habían pasado un par de días, los únicos que sabían de la nueva relación entre ambos eran sus dos mejores amigos, Gustabo no quería hacerlo público porque entonces le llamarían de zorra, aprovechado.. entre otras cosas, aparte de que también molestarían a el pelinegro, a pesar de que el otro le había dicho que no le importaba que a él le dijesen nada y que si al otro le decían algo él estaría para defenderle, el rubio se negó, y Jack tuvo que aceptar, respetando la decisión del otro, si el rubio lo quería así, así sería, al menos por ahora.

Hoy era Lunes, el rubio y el de cresta estaban a punto de llegar al edificio.

-Buenos diass -Dijo Jack asustando a los dos hermanos, junto al pelinegro se encontraba Viktor, observando divertido.

-Que susto joder... -Dijo el de cresta poniéndose una mano en el pecho exageradamente.

-No os podíais esperar a que llegásemos? -Dijo ahora el rubio.

-No, porque allí no podría hacer esto. -El pelinegro se acercó para agarrarle de la cintura y besarle, el rubio sonrió correspondiendo, el pelinegro le juntó más y el rubio le agarró de la nuca para intensificar el beso, ahora añadiendo lengua.

-Seguimos aquí eh. -Dijo el ruso cruzándose de brazos. La pareja se separó sonriendo.

-Perdón perdón. -Dijo el rubio bostezando, los cuatro siguieron ya camino al instituto.

-Te noto cansado, has dormido bien? -Pregunto el pelinegro mientras la otra pareja hablaban entre ellos.

-Las pesadillas no me dejan dormir. -Dijo alzándose de hombros. -Aparte me quedé estudiando hasta tarde, hoy tenemos exámenes de Matemáticas, y mañana de Historia, que palo.

-Comprendes lo de mate?

-Supongo.

-Pues entonces apruebas ya verás. -El rubio le sonrió. -Y si quieres luego vamos a casa y estudiamos, aparte tengo la casa sola... -Dijo divertido el pelinegro.

-Hoy es noche de sexoo! -Cantó Horacio, el rubio rió y el pelinegro le dio una colleja.

-Anormal... -Dijo el azabache.

-Luego de clase vamos entonces? -Le dijo el rubio en el oído al otro, este sonrió asintiendo.

-Tengo unas ganas terribles de besarte. -Dijo ya entrando por la puerta del centro, el rubio miró hacia abajo para después contestarle.

-Deja que al menos fluyan unos días vale?

-No te preocupes, tenemos todo el tiempo del mundo. -El rubio sonrió.

.-.-.-.

Ambos se dirigían ya a casa del pelinegro, caminando por las frías calles del invierno, por cierto, muy cerca de la Navidad, y cabe decir, que el Halloween el rubio la pasó follando con Armando en una fiesta cualquiera, no culpamos al rubio, de hecho el quería pasar ese día viendo pelis de terror con su hermano, pero Armando le armó el numerito y tuvo que ir por cojones...

Los dos entraron en el gran apartamento del pelinegro, Gustabo se estiró besando al pelinegro, cuando la voz de Carla sonó en la cocina.

-Jack eres tu?!

-Pero tu no tenías la casa sola? -Le susurró separándose.

-Eso mismo digo yo. -Le respondió. -¡Si estoy aquí, también está Gustabo! -La de pelo castaño fue donde los chicos dejaban sus abrigos en el perchero de la puerta.

-Buenass -Saludó rubio terminando de colgar su abrigo.

-Y tú no te ibas a trabajar? -Preguntó ahora el mayor.

Una nueva oportunidad- IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora