Capitulo:-29 Thiago.

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Narra Bia.

   Estaba muy nerviosa y asustada, hice todo lo que Manuel me dijo, estaba atenta y todo, pero no me gustaba la nueva actitud de Mónica, estaba despidiendo a todos los empleados, los abogados no dejaban de venir a la casa, Thiago no podía ir a la empresa y Manuel con Alice.

—Bia, necesito que les de los medicamentos a Carmín, Thiago y yo iremos al hospital.

—Thiago ¿está bien?— pregunto muy preocupada.

— No hay nada que preocuparse Bia, todo está bien, después iremos a la empresa a hacer un cambio—dice muy feliz.

— ¿Cambio de que? Mónica— le pregunto.

— Son asuntos de pareja Bia—dice Thiago detrás de mí, se nota como que está mal, no se si es físicamente o mentalmente, pero él no está nada bien, vuelvo a decir la oración aquí pasan cosas raras, ignoro lo que me dijo para ir a la habitación de Carmín, agarro el frasco de las pastillas y un poco de agua, me siento a su lado.

— Vamos a tomar los medicamentos, Carmín—le digo para que abra la boca, pero sentí algo diferente en ella, su mirada reflejaba odio, triste, angustia y dolor, sus puños estaban cerrados, fue tan rápido lo que sucedió que solo vi cuando las pastillas cayeron al piso, me había golpeado en las manos.

— No necesito medicamentos, Bia— me grita para ponerse de pie y acercarse a mi— No lo necesito y no lo quiero,  lo único que quiero es salir de aquí e irme lejos de este infierno.

— Carmín, tranquilizarte— le digo nerviosa, porque se pone muy agresiva.— No soy tu enemiga.

— Si lo eres Bia, tú me das las pastillas, tú lo hace, para que no hables, estas con ella, es un monstruo, los matara a todos, para quedarse con todo—dice y se sale por la puerta, está sudando y aún está en pijama.

—Carmín, ¿A dónde vas? — le pregunto mientras la sigo, está descalza.

— Debo salir de aquí, Bia, vámonos— me dice pasándome la mano.

— Todo va a estar bien Carmín, Alice es una detective que nos está ayudando. Manuel está con ella, necesitas estar bien para hablar con la policía y decir lo que paso— le digo.

— Ahora quieren escuchar, Bia, hablé a ustedes Manuel y tú siempre, lo dije— me regala una sonrisa falsa— Pero medicamentos siempre.

— Lo sentimos mucho Carmín, pero no te puedes ir—le digo arrepentida, ya que sigue caminando, entra a la cocina y comienza a buscar. Los empleados cuando la ven se alejan de ella, abre una gaveta de la cocina y agarra un cuchillo.

— Yo me iré Bia, sola— me dice para caminar a la puerta de salida, le hago señal a los guardaespaldas para que la atrapen, peeo ella corto a uno.

— NO ME TOQUES, HOMBRE A MI NO ME TOCA—dice gritando como loca, mientras se tira al piso y se pone las manos en los oídos— NO ME TOQUEN, NO ME TOQUEN, NO ME TOQUEN, HOMBRES NO, NI TÚ, NI EL DOCTOR— me mira—No quiero Bia, por favor—dice triste— Has algo por mí bueno, somos hermanas— me acerco a ella.

—¿Por qué no quieres que los hombres te toquen? Carmín — le pregunto y ella me mira con una mirada perdida, sus labios tiemblan.

— Doctor tocó a mi, Bia, siempre, mamá sabe—dice y yo me cubro la boca ¿Quien es Mónica ?— Dejame ir, favor.

— Lo siento mucho Carmín— me acerco para abrazarla pero no se deja—Por favor, dejame abrazarte— digo porque me duele su rechazo.

—Lo único querer yo, Bia, es irme, sola— me dice y se pone de pie, le hago señal a los guardaespaldas que la dejen salir, ella baja el cuchillo y comienza a caminar, va lento y como si fuera un zombie, con su pantalón blanco, un abrigo blanco, su cabello suelto, en realidad parecía unas de esas personas internadas por problemas mentales, cuando no la veo la sigo— Si, Bia, fue mi madre.

Never Stop. [Binuel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora