Sangre Espinosa (The Walking Dead)

Capitulo 27:Compañia mutua.

Narra _____:

Es la tercera vez que volvi a despertarme en el día. Mierda. Me estoy muriendo del calor. Estoy tapada hasta el cuello en camperas de polar. Mis brazos estaban completamente desnudos. ¿Donde esta mi ropa? Solo tengo mi ropa interior y mi malla.

Esta no es mi carpa. Son muy parecidas todas las carpas, pero se que esta no es mi carpa. Reconozco algunas de mis cosas y vi otras que no son mias. Especificamente de un hombre. Nada más. Me di la vuelta para salir de la carpa... y me encontré con lo que menos me pude haber imaginado.

Carl estaba profundamente dormido. ¡Sin camisa! ¡Al lado mio! ¡Mientrás yo tenía una malla que casi podía trasparentarse y podría dejar mi ropa interior al descubierto!

¿Acaso tuvimos relaciones? Por favor, que no sea así.

Mientras la sorpresa se expandía por mi cara, Carl se estaba despertando. Él me debe una explicación. No es posible que en pocas horas del día hayamos tenido que acariciar nuestros cuerpos, susurrandonos piropos al oido y besandonos salvajemente como si fuera el último día de nuestras vidas. Si llega a ser cierto, me arrepentiré por el resto de mi vida por no recordar el momento en el que perdí mi virginidad.

Carl Grimes boztezaba, estiraba sus brazos o frotaba sus ojos para despertarse. Parecía que le llamó la atención que no tuviera su camisa, que la mayoría de sus cosas no estén y que hay otras cosas que no reconocen. ¿Será una broma o él esta actuando en serio?

Giro su cabeza hacia atrás y retrocedió horrorizado al ver mi cara. Su reacción fue igual que la mía.

-No -negué.

-¡No puede ser cierto! -exclamo.

-¡NOOOOO! -gritamos los dos a coro.

Los dos fuimos empujandonos hacia el cierre de la carpa para abrirla. De tanto pelear, tardamos cinco minutos en abrirla.

-¡QUIERO SALIR DE AQUI! ¡MAMÁ SACAME DE ACA! -gritaba mientras le pegaba patadas a Carl.

-¿QUIÉN FUE EL IMBECIL QUE ME DEJÓ CON ESTA PUTA? -gritó Carl.

-¿Perdón? ¿Me llamaste puta?

-Sí. ¿Acaso te ofende? Creo que te describe a la perfección -me dijo.

-¡CONDENADO PERVERTIDO HIJO DE PUTA! -le grité y una serie de patadas y puñetazos empezaron a invadirlo.

Lo invadía de golpes cada segundo y él empezaba a inmovilizarme, provocando que empezara a recibir golpes de mi misma.

-¿Ahora que podés hacer, señorita hambrienta de pollas? -pregunto incredulo.

-Nada -sonrió-. Salvo esto -y recibió una patada en sus pelotas.

-¡DIOS! -exclamo adolorido-. ¡JODANME! ¡ES EL PEOR DOLOR QUE HE TENIDO EN MI VIDA! -me solto para sobarse en la zona golpeada.

Aproveché para abrir la carpa, adolorida. Mis brazos pesaban de lo agotada que me sentía y el ojo izquierdo no lo podía abrir, pero estoy decidida a abrir la puta carpa.

Agarré el cierre de la carpa con mucha delicadez (aunque no fue debido al dolor sino al miedo) y empecé a tirar de él hacía arriba, siguiendo el semi-circulo de la forma. Cuando acabé, mis ojos no creian lo que veía.

No hay nada del campamento. Literalmente esta vacio. No hay ni unas putas huellas. No están los troncos con los que habíamos rodeado la fogata, ni siquiera queda algo de esa estupida fogata.

Mis ojos empizan a inundarse de lagrimas. No hay nadie. No hay rastros. Ni esta el autobús. No hay cuerpos podridos por todas partes. Todo esta intacto. No hay ningún ser vivo, ni tampoco ningún ser conocido. Estamos... solos.