Especial I
♠-Te Quiero-♠
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Un pequeño lan de cuatro años, veía con ilusión la fecha. Se había portado totalmente bien desde la mitad de noviembre hasta la fecha, el 24 de diciembre, en donde si te portabas bien, santa pasaría a dejarte un regalo con tu nombre debajo de tu cama.
El había recorrido todo el orfanato, que era extrañamente atemorizante, con tal de encontrar quien le prestara algunos crayones y un papel. El había dibujado con todo su esmero un hermoso dinosaurio escupe llamas que tenía una corona.
Lo dejó en la bolsa de los pedidos, junto a los demás. El cuando se recibió una barra de cereal en Halloween, encontró esperanzas para recibir un regalo en navidad.. pero no todos lograban conseguir uno, tenían que portarse específicamente bien, e ir al menos una vez a la semana a entrenar. ¿Porqué y para que entrenar? No lo sabía, pero todos los niños ahí, incluidas las niñas, tenían que ir a golpear el saco de arena, y correr cinco vueltas por la habitación, tenías que ejercitarte, soportarlo todo.
Tenías que poder tocar el cielo por 5 segundos; ser invencible.
El había estado portándose bien, llendo dos veces por día a golpear el saco de arena y correr diez vueltas. Era el más entusiasmado, aunque no el único que se esforzaba. Era extraño que el único que no se estuviera esforzando, fuera su amigo, su único y mejor amigo, quien solo lo acompañaba pero no sé esforzaba para mostrar una buena actitud y recibir regalo.
—¿Porqué no te ejercitas? —el niño quería saber, ¿que pasaba por la mente de su amigo?
—No quiero ser fuerte, o algo por el estilo. Tengo mis métodos, y soy un poco bastante flojo —sinceró el chico que estaba sentado en el frío piso de cemento.
—Pero.. ¿No te importa no recibir regalo del duende rojo? —la inocencia de lan, era tan pura, aún con tanta mierda en su vida.
El chico pelinegro, mayor por dos años, teniendo seis años se puso a meditar..
—Mi mejor regalo, fue cuando llegaste este mismo año hace once meses. Eres mí mundo, el mejor regalo es que estés aquí.
El menor fue a abrazarlo, y sonreírle.
—Tambien me alegra el conocerte, eres mi mejor amigo!, Y único, pero eso es inderelate.
—Irelevante —intento corregir a su niño favorito en todo el mundo, pero a pesar de eso también se equivocó un poco.
Irrelevante, no irelevante.
—¡Hey! También lo dijiste mal, así que yo también puedo.
—Pero lo intenté decir bien, su majestad —se excusó el mayor.
—¿No sería alteza? Majestad se le dice a las reinas, no reyes —dijo con un pucherito y el ceño ligeramente fruncido.
—¿Y que tiene de malo que seas mi reina? Lo amo mi majestad —expresó el pelinegro.
—Bobo —rió el pequeñín.
Era tan lindo cuando esos niños eran felices, siendo solo amigos, aunque el mayor quisiera algo más.. algo mágico, algo que lan no comprendía completamente, pero que tampoco quería comprender.
El no quería tener la responsabilidad de tener un corazón ajeno, en la palma de la mano, que gritaba por ser cuidado. No quería tener que soportar eso, el no quería cuidar un corazón ajeno, algo que no era suyo, lo estresaría.. pero el, era muy pequeño para darse cuenta.
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➵Mi Omega Manipulador➵ [2° LIBRO]
Romansa«La vida de Lan, empieza de antes de conocer a Can» "Papá, quiero un peluche -No" . . ... "Papá, papá! Hoy cumplo ya seis años" Su padre este año, ni siquiera le dió una magdalena decorada. "Entonces ya estás grande, y te puedes cuidar solo" Crueles...