Hidan y Sakura

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Un sacrificio para los dioses.

En un pequeño pueblo olvidado por Dios se podía apreciar la carencia que sus habitantes tenían que vivir día con día, era una lucha por ver quien conseguía más alimento; la sequía en sus cultivos y lo poco comercial que el pueblo se había vuelto había condenado a la miseria. El pueblo de Konoha estaba desesperado por recibir ayuda así que el sacerdote del lugar recomendó pedirle ayuda a los dioses.

-¡Solo el Dios Jashin podrá salvarnos!-grito con histeria un joven de cabello plateado y ojos de color rosa mientras caminaba por las calles alzando su biblia al cielo-. Es la única manera de salir de la pobreza.

Los aldeanos lo miraban como si estuviera loco pero otros prestaban atención a lo que decía.

-Somos castigados por cometer pecados como la gula y el hacer orgías-siguio gritando hasta que llegó a la plaza central del pueblo donde todos comenzaron a reunirse alrededor de él-. ¡Dios Jashin se lo suplico! Escuché nuestras plegarias.

El joven había caído de rodillas al piso y saco de entre sus ropas negras un látigo para comenzar a golpear su espalda provocando se profundas heridas.
La gente solo miraban con horror como la sangre salpicaba por todos lados convirtiendo la plaza en un baño de sangre, pocos fueron los aldeanos que imitaron al joven por que estaban igual de desesperados por conseguir un poco de alimento. La policía tuvo que intervenir llevándose aquellos lunáticos que gritaban que todos iban a morir sino rezaban al Dios Jashin, entre la multitud estaba una joven de cabello rosa usando igual una vestimenta negra para ir a rescatar al que originó toda esta masacre.

-¡Hidan muévete!-lo tomo por el brazo para levantarlo del piso y así correr afuera del pueblo donde estaba una pequeña casa de madera.

Al entrar aventó al hombre a la cama boca abajo y este comenzó a reírse de manera escandalosa.

-¡Oh Sakura! Debiste de verlo toda la gente rezando por mi y lo mejor de todo la sangre que están ofreciendo en mi honor... Eso me da más poder- seguía tirado en la cama esperando a que su esposa terminara de preparar las cosas para curarlo desde la cocina-. Mujer ¿Porque te esfuerzas en curarme si sabes que esto no es nada?

Sakura regreso con el cargando un cuenco con agua, algunas plantas medicinales y muchas vendas, se sentó aún lado de la cama para comenzar a tratar las heridas que ya iban cicatrizando pero otras seguían brotando sangre. Hidan solo guardo silenció sintiendo las manos delicadas de su esposa tocarlo como si tuviera miedo de romperlo una vez que terminó su trabajo solo se levantó de la cama y salió de la casa dejandolo solo.

Pasado 15 minutos Hidan ya la estaba buscando al rededor del bosque preocupado porque ya estaba por oscurecer y ella seguía en el exterior. Comprendía un poco lo difícil que debe ser para ella ver a su marido lastimando se de manera horrible pero ese era el trabajo que quiso tomar. Gracias a su intuición la pudo encontrar cercas del río lavando su ropa pero más parecía que quería provocarse daño contra las piedras por la manera tan exagerada que tallaba sus manos sobre está.

-¡Sakura! Basta-corrio hacia ella para sujetar sus menos que ya estaban con cortadas-. Cariño no...-tomo ambas manos para acercarlas a sus labios recitando unas oraciones que curo las manos de ella.

Sakura se mantenía callada con la mirada agachada sin ánimos de mirarlo tal gesto rompió un poco el corazón de Hidan.

-¿Porque Hidan?-susurro. Sujeto con fuerza las manos de él pero seguía con la mirada baja-. ¿Porque lo hiciste ¿Porque aceptaste está maldición?

Las lágrimas ya resbalaban por su cara que se encontraba roja, su cuerpo temblaba como si tuviera frío pero era más impotencia lo que sentía. Hidan solo optó por abrazarla antes de aparecer en su casa donde sentía más tranquilo en la privacidad de su hogar junto con su esposa que seguía aferrada a él llorando sobre su pecho.

-Por nosotros cariño, por ti. Esa enfermedad te quería apartar de mi lado y yo no lo iba a permitir-beso con dulzura su frente y con sus manos acariciaba su cuerpo-. No me importa cargar con esta maldición siempre y cuando tú estés a mi lado-la beso con pasión siendo correspondido.

Hace cinco años que en su aldea natal había azotado una fuerte pandemia que la llamaron como la peste bubónica que causó muchas muertes sin importar si eras niño o un anciano, muchos creyeron que solo se llevaba a las almas impuras que habían pecado, Hidan era un fiel creyente de eso por eso no sentía pena de las muertes hasta que su esposa enfermó.
No podía permitir que el amor de su vida muriera y que lo dejara en aquel cruel mundo así que comenzó a experimentar con la magia negra que terminó invocando a un Dios el cual le regaló su mortalidad a cambio de salvar la vida de Sakura; como consecuencia él necesita sangre para vivir ya sea que los humanos se la ofrezcan como ritual y así poder mantener la vida de su esposa.

-Hidan... Hazme tuya- susurro cercas de sus labios.

El peliplateado no lo espero más cuando ya la tenía abajo de él besándola con pasión escuchando los leves gemidos que solo lograban excitarlo más, la ropa comenzó a ser esparcida por toda la casa hasta dejar al aire los blancos pechos de su esposa que gritaban por qué los chupara.

-Eres hermosa cariño-chupo uno de los pezones con fuerza dejandolo más hinchado de lo normal-. Son tan suaves.

Con su otra mano pellizcaba el otro pezón después lo acariciaba con la palma de su mano sacando más suspiros de la pelirosa.

-Aahhh... Hidan por favor-movia su cintura frotando su parte íntima con el miembro de su esposo.

-Agh... Sakura-metio dos dedos en su boca cubriéndolos de saliva para después ir metiendo un por uno de sus dedos en la vagina-. Aahhh... Tan estrecha.

Busco el punto G con facilidad y con su pulgar presionaba el clítoris provocando que Sakura se arquera de placer acercando más sus pechos a su cara.

-Cariño si que te gusta provocarme-mientras su mano se encargaba de darle placer haya abajo el se encargaba de seguir mamando aquellos senos.

-Aahhh... Me... Corro-abrazo con fuerza la espalda encajando sus uñas hasta sentir una gran presión saliendo de ella-. Aahhh... Más.

Hidan la miro de forma coqueta antes de sentarse en la cama y poniéndola a ella sobre él.

-Montame cariño-la sujeto de las caderas teniendo paciencia para que ella se terminará de auto penetrar. Su pene había alcanzado más profundidad que otras veces haciéndolo gruñir de placer-. Agh... Muévete.

-Hidan... Hidan...-Sakura comenzó a dar pequeños brincos cada vez más rápido sacando suspiros a ambos. Su entrada se iba dilatando cada vez más que ya se escuchaba aquel sonido morboso de sus cuerpos uniéndose-. Más... Aaahh... Hidan.

El entendió el mensaje así que con ambas manos sujeto los senos y la beso con fuerza uniendo sus lenguas en lo que sus cuerpos se terminaban por fusionar.

-Agh... Sakura... Más rápido-flexiono sus piernas sobre la cama y el mismo comenzo aumentar las embestidas haciendo brindar más a Sakura sobre su miembro-. Aaahh... Aahhh... Así.

-Aahhh... Hidan... Hidan... Me vengo-recargo su cabeza sobre el hombro dejando ahora sí cintura ser la única que se moviera.

Hidan la sujeto del trasero para después correrse con fuerza adentro de ella sin dejar que ninguna gota de su semilla se saliera. Ambos cayeron cansados sobre la cama abrazados, Sakura tenía su cabeza descansando sobre su pecho y sus piernas seguían abiertas con él adentro.

-¿Porque no haz salido?-volteo a verlo.

-Porque... Le pedí a los dioses que nos bendicieran con un hijo así que no planeo salir de ti cada vez que tengamos relaciones hasta que quedes en cinta-la abrazo con fuerza acomodándose para dormir.

-Hidan... Gracias-beso sus labios con amor.

Fin.

N/A

Esta es la primera vez que escribo un Hidan x Sakura jajaja les gusto?? 

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