Capítulo #14 -Baila conmigo, Abby.

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–Este chico pesa –se queja Kyllian mientras sube a Kendall al taxi.

–Que no le sorprenda, come como cerdo –me encojo de hombros y entro al taxi, junto a Kendall.




Su tío se ríe, pero no dice nada y toma asiento al frente.

Cuando el taxi arranca, la cabeza de un dormido Kendall cae sobre mi hombro izquierdo.




–Va a ser un largo viaje –susurro mirando hacia la ventana a mi derecha.




Siento su respiración golpeándome el cuello.


Maldición.

(...)

–Kendall –lo remuevo con suavidad.

–¿Hmm? –se remueve, pero no se aleja.

–Hemos llegado ya al hotel, ve a dormir a tu habitación –toco su nariz con mi índice –Te va a doler el cuello si sigues así.

–Hmm –gruñe, molesto.

–Ya lo llevo yo –Kyllian abre la puerta y saca a Kendall –Tiene un sueño bastante pesado.

–La verdad es que no ha dormido mucho últimamente –suelto sin detenerme a pensar.

–¿Están durmiendo juntos?

–Ah –golpeo mi frente con la palma de la mano.

–Entiendo –se ríe bajo y no dice nada más.




Entramos al ascensor en completo silencio, y es hasta que llegamos a las habitaciones que Kyllian gira a verme.




–¿Quieres que lo deje en tu habitación?

–No –rasco mi mejilla –Es mejor que duerma en su cama.

–Vale –susurra –Hazme un favor.

–Claro.

–Toma la llave de su bolsillo.

–Ujum –asiento haciendo lo que me pide.

–¿Podrías abrir por mi?

–No hace falta que lo diga –lo miro unos segundos y abro la puerta.

–Gracias, Abby –entra a la habitación.

–Vale –dejo la llave en la mesita de noche.

–Pasaré por tu habitación en un par de horas para decirte a qué hora es el vuelo mañana.

–Gracias –asiento y salgo cerrando tras de mi.




Me recuesto unos segundos contra la puerta y agito la cabeza.




–Quizá deba dormir un poco también –susurro y entro a mi habitación.




Me lanzo sobre la cama y me quedo mirando el techo.

La verdad la situación de Roland yendo a mi casa, no me ha gustado ni un pelo.




–...all, debío irse a dormir, deja que...

–No está durmiendo, y si es así, sé que me abrirá la puerta –escucho la voz de Kendall fuera de mi habitación.

–Ag, vale, entonces despiértala –suelta una risita –Eres tan terco como tu padre.

–Duh –se ríe también.




Pequeños Secretos.{En edición}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora