–Aquí esta –interrumpe el tío de Kendall con el vaso de agua.
–Gracias –balbucea tomando un sorbo.
–Tienes que empacar tus cosas, Kendall –pone una mano en su hombro y le da un pequeño apretón.
-Hmm –asiente ido.
El tío de Kendall pasa su mirada a mí y sonríe.
Si, bueno, creo que sobro aquí.
–Ah, lo mejor será que me vaya –doy un paso hacia atrás.
–Gracias por traerlo.
–Ni lo mencione –niego con la cabeza –Adiós.
–Espera... –Kendall me toma una mano –Espera, no te vayas.
–Empaca –lo miro –Si algo sucede, llámame. Te veré luego.
–Ven conmigo –se niega a soltarme.
–No –trato de recuperar mi mano –Debes ir con tu tío y yo debo ir a clases, además...
–Ven conmigo –repite y ahora no solo tiene mi mano, me abraza.
–¿Eh?
–¿Por favor? –susurra suplicante –Te necesito.
Vaya situación.
¿Ahora qué demonios hago?
El agarre de Kendall se vuelve más fuerte y lo escucho sorberse los mocos.
Llora.
-Espero que no estés limpiando tu nariz con mi cabello –suspiro, molesta conmigo misma –Y vale.
–¿Y vale? –se separa un poco para verme.
Ah, claro. Solo ha oído lo último.
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Pequeños Secretos.{En edición}
Novela Juvenil"-¿Qué se siente estar enamorado, Abby Blake?- susurra Kendall del otro lado de la línea Sonrío tímidamente mientras miro un punto fijo en la pared y tomo aire. -Cuando estás enamorado, sientes que jamás estarás solo de nuevo -suelto al fin...