Abismo

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No si estoy llegando al borde de un abismo

difícil de cruzar e imposible,

o si en realidad la copa del pensamiento

se está llenando de aguas que no existen,

o del vino de la imaginación sanguinaria

que suele asaltarme algunas veces

como si fueran espadas que yo

diseño para herirme a mí mismo.

No sé si se me caerá el mundo a pedacitos,

o si la brújula se me perderá

en algún punto extraño del camino

donde mis pulmones se cierren

y el aire comience a ahogarme.

Abismo no me alcances.

Ándate de mí como el humo

que emigra a prisa hacia el sur,

que viaja lejos hacia el punto

donde no puede existir,

sino que muere sin remedio.

Talvez los abismos hoy no son,

o sólo son imágenes especulares

de los pensamientos de un loco

que se pierden entre los bosques

que atraviesa dentro

de su propio mundo irreal

que lo encadena cada vez

como si fuera un masoquista.

Arranquen los fantasmas,

no alcancen los errores

a masticar mi cara hoy.

No por favor pie mío,

no tropieces en tu abismo.

Que no lleguen los fantasmas,

que se diluya el río tormentoso,

que se fragüe el metálico sentir,

que se esconda el mecánico sol,

que descarga rayos de dolor,

sobre un suelo que no se existe o no

dentro de un pedazo de mi corazón.

Pareciera que me voy a pique,

pareciera que me caigo en un abismo,

pareciera que el cielo se me cae,

pareciera que mi mundo fenece.

A lo mejor nada es como creo,

a lo mejor este poema no vale nada,

no me importa

sólo pido no caer en el abismo.

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