Nocturno

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Las fieras de la noche extienden

su bandera negra sobre mi ser de tierra,

su lienzo oculto sobre mí colocan.

El frío congela mis venas,

el temor me encierra en su círculo de cera,

las estrellas se fueron y las velas

leves son en su llama

que en la lentitud sombría ya se apaga.

La luna y su equilibrio sempiterno,

La obscuridad y su designio tenebroso,

los perros ladrando, los fantasmas,

son el único amigo que me queda.

Ojalá la luz nunca llegase,

tengo miedo del mañana.

El sol y su rayo me hieren,

y esta noche está más fría

que todas las noches de mi vida.

Tengo miedo, el terror llegó

y me besa con sus labios de piedra,

y me aprieta con sus manos de hierro,

hiriéndome el alma.

Las bestias se pasean por mi corazón,

y la tormenta arrecia allá adentro,

bien adentro de mí,

cae y cae el aguacero.

Y el viejo sol de enero

está durmiendo lejos de mí,

y el amor está viajando

lejos también de mí,

en un tren eterno,

lejos.

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