Humo

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Una carrera larga y veloz,

van corriendo mis pies.

Se van gastando con las horas,

los días, las semanas,

los meses, los años.

Veo crecer las gentes,

aumentar y engrandecerse

las ciudades de mi patria.

Veo marchitarse flores,

secarse de a poco los ríos.

Veo la repetición de las estaciones,

que en su ciclo avanzan y regresan,

que en su andar de pronto

me vuelven a encontrar por ahí.

Veo como todo va cambiando:

la casa roja de la esquina,

que formaba un ángulo agudo,

con el roble sobre el pasto,

ya no existe.

La iglesia cambió de lugar.

El mall antes no estaba.

Los vecinos se fueron lejos,

creo que se marcharon de ciudad

y yo sólo recuerdo que él sonreía,

y ella decía amén a todo

lo que él decía.

Bueno, todo ha cambiado,

¿Qué será de la línea férrea

cerca de esa especie de bar

que hoy es sólo sombra del ayer?

¿Qué será del profesor de matemáticas

de la escuela a la que fui algún día?

¿qué será del que fue mi amigo

en la enseñanza media, existirá aún?

¿qué será de las monedas con

las que compré un trozo de carne

el año antes pasado?

¿qué será de la semilla que el vejo

sembró sudoroso en el campo?

¿qué será de todo hoy?

yo sólo he logrado percibir

que todo ha cambiado,

y mucho,

ya nada es como antes,

las casas, las gentes,

la vida,

todo cambia.

La vida ha cambiado,

y lentamente sigue su curso de río,

para desembocar en un fin

indefectible.

La vida y su eterno viaje...

la vida y su lento pasar,

la vida y su agonía,

la vida se va de a poco,

la vida es humo.

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