Chapter 31

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Narrador Omnisciente

Vanessa Marley.

Esa chica fastidiosa de la que ya hemos oído es mucho más que solo eso.

Todo tenemos un pasado, todo tiene una razón y todo una explicación.

Al menos en este caso sí.

—Vanessa, cariño, ven a desayunar —exclamó su madre desde la cocina, un poco atareada, ya que debía ir a su trabajo dentro de poco y sus hijos no ayudaban mucho.

—Ya voy, madre —respondió mediante un grito desde su habitación.

Se miraba al espejo analizando todo. Mordió su labio pasando un mechón de cabello detrás de su oreja.

Debía prepararse; todo el tiempo era igual. Debía fingir seguridad para no dejarse consumir por los susurros y rumores.

La atención de los estudiantes del colegio estaba sobre ella. Un paso en falso y lo leones hambrientos de algo sobre lo que hablar la devorarían.

Es lo que había aprendido hace tiempo.

O formas parte de los devoradores o te vas a la basura con los perdedores.

Solo era una farsante más.

Bajó las escaleras rápidamente escuchando como su padre discutía con su hermano menor acerca de no jugar con la comida.

—Buenos días —dijo sentándose a un lado de su revoltoso hermano.

—Buenos días, cariño —saludan sus padres al unísono, cada uno metido en sus propios asuntos.

—Hola, cara de moco.

—Hola, mono adoptado —responde la chica de misma manera.

—Niños, no se llamen así —los reprendió su madre.

—Ella comenzó.

—Él comenzó.

La señora Eloise, su sirvienta y nana, le extendió su desayuno con la sonrisa cálida que la caracterizaba.

Eloise la ha cuidado desde que tiene memoria, la ha apoyado y ayudado mucho más que cualquier persona. Ha sido de gran ayuda y es la persona a quien nunca le faltaría el respeto.

Además, la conoce mucho mejor que su madre.

—Vanessa, hoy me llegó un correo de la escuela —comentó su madre.

Sabía lo que se vendría.

—¿Sí?

—Reprobaste química, literatura y álgebra, Vanessa. Ya estabas en álgebra avanzada, si sigues así te regresarán a álgebra elemental.

—Tranquilizate, madre. No es algo que te incumba, igual me graduaré si regreso a álgebra elemental —rodó los ojos, dando vueltas a su fruta.

—Sí, sí me incumbe. Ésta es la tercera vez que repruebas. Ni siquiera en literatura, que es un poco más fácil, te esfuerzas.

—________ debe haber aprobado todas —comentó su padre.

Ella volvió a rodar los ojos.

¿Por qué siempre la metían en temas que no tenía nada que ver?

Era realmente exasperante. Ellos ni siquiera sabían sobre lo que ahora es esa niña la cual era amiga de su hija.

—¡Pues yo no soy ______ y no lo seré! ¿Cuándo mierda lo van a entender?

Odiaba eso.

Siempre lo ha odiado y siempre lo odiará.

¿Por qué tienen que compararla? ¿No están contentos con su propia hija?

Me regresaste a la vida (Finn y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora