Chapter 35

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Algo que ha caracterizado a Finn es su aparente gran tolerancia al dolor y aún más... sus ganas de ser feliz.

Él puede estar roto y reír; puede tener mil problemas encima y ocultarlos para escuchar los tuyos; puede tener un día peor que el tuyo y aún así no quejarse de tu dramatismo.

Finn es de esas personas a las cuales les pasa algo, pero les ves un rato luego y ya están sonriendo a lo que parecería un camino muy duro de recorrer, pero tienen la esperanza de que al final de todo esa oscuridad haya un gran paraíso lleno de luz. Lo saben.

Era de esos pequeños que le afectaba demasiado el sufrimiento de sus madres.

Como la vez cuando estaba llorando por una inyección que acaban de ponerle, pero al ver que su madre comenzaba a llorar también al verlo así, él se mentalizó, secó sus lágrimas y sonrió como si nada hacia ella. Todo para no ver esas delicadas lágrimas resbalar por sus mejillas.

O la vez que murió su abuelo y él mostraba su sonrisa para que la familia pueda seguir con al menos un poco de su chispa.

O incluso cuando su mamá estaba furiosa e irritable y él hacía cualquier cosa para mantenerla de buen humor.

Finn es así.

Y es por esa razón por la cual les afectó tanto la etapa que pasó hace años.

Dejó de sostener a todos para dejar que esta vez lo sostengan a él.

El sostén de la familia había dado un paso en falso trayendo consigo una herida... Su soporte se había roto.

Finn es como un fénix.

Moría cuando estaba realmente mal y renacía de sus cenizas.

Teniendo en claro que si seguía agonizando por ahí, no podría ayudar.

Sabiendo que tenía que caer profundo para surgir con mayor fuerza y más que dar.

Él siempre se decía a sí mismo "¿Por qué seguir lamentandote por algo que ya pasó si ahora puedes ser feliz? Está bien, estoy triste, pero no pienso estarlo todo el tiempo. Claro que la vida me dará golpes todavía más fuertes, pero debo aprender a aguantarlos. Tengo que vivir".

Tengo

que...

Vivir.

______'s pov

La verdad me siento perdida. Y siento como si estuviese acostumbrada a eso.

Los días se han vuelto una rutina. Lloro por costumbre. Mis músculos se mueven por reflejo, sin ser yo completamente la responsable de sus actos. No duermo, solo me quedo dormida.

Yo ya no vivo... solo existo.

Quiero ser feliz.

Y lo he intentado, lo prometo, pero simplemente no puedo. Siempre que lo intento caigo más profundo.

De todos modos...

Mientras más alto estés, más dolorosa será la caída.

¿No es así?

Se supone que la vida es una secuencia de conocimiento y más conocimiento, en los cuales están incluidos errores y dolor.

Sí es así, ¿cuándo es tiempo de divertirse? ¿cuando llega el momento de ser libres?

¿Acaso estamos condenados a las fallas infinitas?

Somos esclavos del tiempo, de la vida, del aprendizaje y de la sociedad.

La cual es una mierda, pero, irónicamente, somos nosotros quienes conformamos a la sociedad.

La vida es para nosotros un trabajo de tiempo completo, el cual tiene un maximo de terminación de 118 años. Luego, se supone que pasamos al descanso eterno o, si tienen mala suerte, reencarnan.

Benditos sean quienes mueren primero.

—Bien, jóvenes, tienen una hora para resolverlo —dijo la rubosta profesora Morris una vez terminó de entregar las hojas para su evaluación —Y recuerden, esto no es un examen, quiten esa palabra de su vocabulario. Esto es...

—Una valoración de los conocimientos adquiridos —respondieron mis compañeros en coro.

Todes estamos totalmente hartos de esa profesora y su personalidad pasiva-agresiva.

"Valoración de los conocimientos adquiridos" eso es una estupidez.

Un examen es un examen.

—Recuerden también que al copiar ustedes mismos se hacen daño. Y, no. No me engañan a mí, se engañan a ustedes.

—Pues según usted también nos hacemos daño si reprobamos, así que decídase —murmuré.

Odiaba a esa mujer.

—Señorita Grant, discúlpeme, ¿Qué fue lo que dijo? —sonrió como la hipócrita que es, fingiendo que no me había escuchado.

—Dije que su valoración de conocimientos adquiridos son los mejores, profesora —sonreía también, sabía que esa es una de las maneras para desafiarla. Ella solo río suavemente siguiendo con su rol de maestra "justa y buena".

(..)

—Profundicen con su ser interior. ¡Conecten con su alma y plásmenlo en este lienzo! La pintura, jóvenes, puede ser una forma de expresar todo lo que no podemos con palabras. ¡Siéntanlo! —exclamaba la profesora Azucena, en su siempre, emotiva clase.

Odiaba artes.

Todo ese asunto con sacar nuestro interior y compartirlo me hacían sentir nauseas, tengo suficiente con sentir, no quiero mostrarlo.

Trazadas tan delicadas y suaves se daban con mis horribles manos, estaba pintando al azar. Mi objetivo era pintar algo hermoso, sin significado, pero hermoso.

Tal como le gusta a la gente.

—Oh, mi niña, tienes un talento natural —se acercó a mí la maestra —Puedo ver los sentimiento en las pinceladas, la historia que fluye en sus colores —Me miró con esa mirada extraña, como si algo estuviese mal. Pero no lograba descifrar si lo malo era yo, mi puntura, o ella.  

—Son solo trazos, no tienen un sentimiento —hablé, aunque sentí que realmente no era yo.

Ella sonrió —El arte no existe sin sentimientos, ellos son el verdadero arte. La inescrutable forma en que sentimos. _______, los sentimiento están aquí —puso un dedo sobre mi pecho —, no se irán y, aunque pienses lo contrario, estás expresando tus emociones. No es saber, ni descifrar. Es sentir.

Pensé sobre eso. Tal vez tenía razón.

O tal vez no.

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Sorpresaaaa

Perdón y gracias por todo

Solo recuerden, esos pequeños detalles son los que forman algo inmenso al final. Ojo.

-A

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2021 ⏰

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Me regresaste a la vida (Finn y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora