²⁴ 𝖉𝖔𝖘 𝖈𝖚𝖊𝖗𝖕𝖔𝖘 𝖘𝖊 𝖊𝖓𝖙𝖗𝖊𝖌𝖆𝖓

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Sus besos eran salvajes, necesitados pero a pesar de eso eran pasionales y tiernos.

En cuestión de segundos me deshice de su remera dejando a la vista su abdomen marcado.

Desvíe mi vista hacia sus ojos verdes, que desde un principio me gustaron. Quería dejar de mirarlo pero caí hipnotizada por su linda forma de mirarme.

Me agarró del cuello y me susurró agitado.

—si no me bajas la calentura que tengo puedo explotar o tambien te lo puedo hacer a la fuerza—

—entonces vamos a mi pieza—

Me agarró la mano y subimos corriendo hacia mi pieza.

Me tiró a la cama y se subió a arriba mío. Mientras me daba besos en el cuello me sacó la remera dejándome en mi hermoso corpiño de encaje rojo.

—veo que me escuchaste—dijo sin apartarse.

—shh, arruinas el momento—

Fue bajando sus besos hacia mis pechos y yo estaba tan excitada, ¿Quien no lo habría estado?

Siguió bajando hasta llegar a mi short. Me miró como si estuviera esperando que yo le dé una orden o que le diga que siga.

—¿por que no seguís?—pregunté un poco atónita.

—¿que querés que haga?—preguntó en medio de su agitación, tan sexy.

—dale Jaden, no estoy para juegos ahora—

—entonces no tengo más nada que hacer acá—

Se levantó de la cama dispuesto a irse si no decía lo que él quería escuchar. Claramente yo sabía que quería escuchar, pero no soy tan directa.

Solté un suspiro y traté de hablar, aunque las palabras cuesten salir de mi boca.

—quiero que...—se volteó a mirarme—que me lo hagas—

—¿que te haga qué?—preguntó burlón.

—mierda Jaden, que me folles—volteé los ojos.

—me encantas nena—

Se volvió a tirar encima mío y me sacó el short a la fuerza. Comenzó a dar besos en mi cadera y yo empezaba a jadear.

Lo empujé con fuerza haciendo que se aleje de mi, me pare de la cama y fui hacia donde estaba el. Le di besos en la boca y despues en el cuello.

Mientras lo besaba le desabroche el pantalón. Lo tiré en la cama y le saqué el pantalón, lo dejé en bóxer.

Me senté encima de el y nos seguimos besando.

—me gustan las chicas que toman el control—dijo y me agarró el culo.

Con cualquier otro chico esto habría sido tan normal, pero con el no. Con el se siente tan cómodo y tan tierno. Aunque no sea el mejor momento, me gusta.

El se levantó conmigo encima y me desabrocho el corpiño. Me agarró un pecho y se lo metió en la boca.

—son las mejores tetas que vi en mi vida—

Yo jadeaba, cada vez se sentía mejor.

Como todavía me tenía alzada, con los pies le bajé el bóxer. Enseguida pude sentir su amigo en mi entrepierna y gemí.

Me acostó en la cama y me bajo mi tanga roja de encaje al igual que el corpiño.

Ya estábamos los dos desnudos, sin nada que nos cubra. El me miró desde la punta de la cama y eso me hizo poner un poco roja.

—¿que?—dije.

—me encantas tanto, sos hermosa y tu cuerpo me vuelve loco, pero más tu forma de ser—sonrió.

No puedo decir que es perfecto, porque no lo es, pero esta vez no hay nada que me haga arrepentir de querer estar con el.

Volvió a subirse arriba mío y me dio un beso.

—¿segura?—

—más que nunca—

Sin esperar lo metió y los dos soltamos un gemido.

Empezó a moverse suavemente, no quería lastimarme.

Arquee mi espalda en forma de excitación y el subió el tono de sus movidas

—esto se siente tan bien—dijo en mi cuello.

Así siguió la noche, entre besos y sexo, el mejor de toda mi vida.

solo por fama Donde viven las historias. Descúbrelo ahora