Capítulo 4

1.3K 84 4
                                    

Van a dar las cuatro de la tarde y me he despertado hace un ratito, ya va siendo hora de que me levante de la cama, pero tiktok hace que pierda la noción del tiempo.

Salí de trabajar sobre las 8, pero entre una cosa y otra me acosté alrededor de las 9, vaya nochecita.

Antes de bajar a la cocina, voy al baño para orinar y de paso lavarme la cara. Hago una mueca al ver mi reflejo en el espejo, tengo el pelo alborotado por lo que decido atarlo en un moño flojo y mal hecho, por no hablar de mi cara, está en la mierda, mejor no doy detalles.

Nada más entrar a la cocina veo a mi abuela fregando los platos, por lo que deben de haber comido ya. Le doy los buenos días junto con un beso en la mejilla, mi abuela tiene 56 años, tuvo a mi madre muy joven, va vestida con una bata azul con lunares blancos y sus zapatillas de estar por casa.

Me mudé de la ciudad donde vivía con mi madre y su actual marido al pueblo con mis abuelos cuando me ofrecieron trabajo aquí.

—¿Qué hay de comer?— Le pregunto.

—Macarrones— Me responde con una sonrisa— El plato lo tienes dentro del microondas.

—Gracias— Agradezco mientras le doy a calentar— ¿El abuelo se ha ido a andar?— Ella asiente.

—Como siempre— Confirma— ¿Vas a salir más tarde?

—Voy a la ciudad con Trevor— El microondas pita y saco el plato.

Camino hasta una pequeña mesa junto a la ventana que da al patio interior, dejo el plato sobre ella, un tenedor, un vaso con agua y un poquito de pan.
Una vez todo listo comienzo a devorarlo, no he probado comida mejor que la de mi abuela.

Tras recoger y limpiar todo, me doy una ducha rápida porque a las 18:30 he quedado con Trevor en la parada de bus, me gustaría ir en coche, pero al no ser mío, sino de mis abuelos me da cosa llevármelo por si lo necesitan para cualquier cosa.

Mi pelo natural es ondulado por lo que no me tengo que demorar en arreglarlo si no quiero, abro el armario y saco de él una sudadera verde kiwi, una sobrecamisa de cuadros en tonos verdes, beige y blancos, un jeans negro, como complemento un bolso marrón y de calzado mis preciadas Dr. martens de imitación.

*Ella humilde*

Decido maquillarme un poco para darle algo de vida al rostro, solo utilizo corrector en ojeras y rojeces, contorno con bronceador, máscara de pestañas, colorete y bálsamo para los labios.

Antes de salir de casa meto el monedero, las llaves y el móvil en el bolso. La parada me pilla a 10 minutos andado por lo que camino sin prisa.

Al llegar, Trevor ya estaba allí. 

—He visto unas Nike a mitad de precio en Sprinter— Comenta una vez ya dentro del bus.

—¿Te las vas a pillar?— Él asiente.

—Mira— Me enseña una foto en su móvil.

—Me encantan— Le digo sincera— Yo quiero unas vans con plataforma.

—Pobre... Medir medio metro te tiene acomplejada— Se echa a reír.

El peligro que conllevas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora